Los Güeros: unos tacos de Azcapo para el mundo

Dicen que la salsa hace a los tacos,

 pero este lugar lo hacen los taqueros.

Texto y foto: Julio César Romano Gutiérrez.

Las calles de la Ciudad de México son propensas a impregnarse de varios olores: perro muerto, basura, humedad, olor a delincuencia o, en el mejor de los casos, a comida, comida de puesto, comida de barrio.

Pasar por esas esquinas que sabes te garantizan un buen gusto al paladar (sin importar el aspecto del lugar) es sinónimo de una cena que te dejará con un buen sabor de boca; sinónimo de gente de todos lados que llega a pedir lo mismo que tú, pero de diferente manera; sinónimo de buena vida y ganas de conocer todos esos paraísos gourmet que no sabes que están en medio de la urbanización de una ciudad.

En la calle 16 de septiembre esquina con Esperanza, en la delegación Azcapotzalco, se encuentra un puesto que, entre el vapor y el olor, esconde deliciosos sabores, en conjunto con esa salsa roja que llega a picar de manera radical; o “muy muy” o “tan tan”. Algo tan sencillo como un trozo de carne acompañado de tortilla y salsa, sin dejar atrás un refresco de cola.

Algunos dicen que la salsa hace al taco, que la salsa hace al taquero, o que el taco hace a la taquería, pero en este caso son las tres cosas combinadas. El taco con salsa que hace el taquero es lo que hace a ésta una de las mejores taquerías del país (lo digo sin pelos en la lengua). No importa cuántos sean los tacos que pienses vas a comer, siempre acabarás pidiendo de más.

José da los de cabeza. A veces Rodrigo o Adrián te dan de pastor e inclusive le entran al quite cuando el puesto está llenó.

Paco y “Charol” te cobran o te pasan tu refresco, el cuál pide José al grito de “¡Una Coca!”, con voz tajante y firme. Eso sí, nunca te confíes, ya que ellos pueden hacer de las suyas contigo, entre bromas y maldades, de esas que sólo un buen taquero sabe hacer.

Si vas con la intención de mandar, mejor ni te pares por esos rumbos de Azcapo. Ellos mandan en su puesto. No puedes llegar con actitud fregona cuando ni siquiera los conoces. Pero sí debes tener en cuenta que una noche en ese puesto seguramente no la vas a cambiar por nada en este paraíso de comida llamado México. Unos buenos tacos no tienen precio.

Sean los tacos que pidas, siempre pídelos “con todo”, si no, no saben. El cilantro, la cebolla y la salsa son elementales para este tipo de cena, comida o hasta desayuno.

¿Eres de los que no se enchilan pronto? Aviéntate a pedirlos con un poquito más de picante, pero no le juegues al vivo, que si no vas a acabar cruzando la calle por un agua de la tienda de enfrente.

Queda claro que no se necesita ser experto para saber cuáles tacos son buenos. En seguida te vas a dar cuenta por el olor que se extiende dos cuadras antes de la taquería. No necesitas llevar mucho billete para darte un deleite supremo, como lo solían hacer los dioses con el chocolate en tiempos de los aztecas.

Taquería “Los Güeros”, ese es el nombre de ese pequeño puesto, en el que la gente sobra y los tacos faltan, en donde los taqueros hacen que cenes con gusto (si los conoces de hace tiempo), en dónde un puesto de esquina se convierte en el restaurant cinco estrellas sin sillas, para saber lo que es comer como se debe de hacer en la CDMX.