Por: Armando Martínez Leal
Aquí no está la verdad.
¿A qué vienes ahora,
juventud,
encanto descarado de la vida?
Estábamos tranquilos los mayores
y tú vienes a herirnos, reviviendo
los más temibles sueños imposibles,
tú vienes para hurgarnos las imaginaciones.
Jaime Gil De Biedma
Morir solo, alejado de todo aquello que amaba, de todo aquello que amas; de todo aquello que le hacía feliz. De todo aquello que te hace feliz. Morir alejado de sus hijos, morir alejado de sus libros. Morir alejado de tus libros. Morir alejado de la hoja en blanco y la tinta… presto a narrar otra visión. La pantalla está en blanco, ya no tienes nada que decir ¡La pluma está seca! Morir alejado de las conversaciones, ese diálogo abierto y recreativo. ¡Morir alejado de ti! Morir en el ostracismo. Morir con INTEGRIDAD. ¿Qué le queda a un hombre viejo cuando han muerto sus ideas y ha perdido su gracia y lucidez? ¡Morir!… MORIR ÍNTEGRAMENTE.
El 30 de noviembre de 1900, Oscar Wilde deja el mundo; sin embargo, hereda una vasta obra literaria donde la poesía, la novela, la crítica y el ensayo fueron su forma de sublimar su existencia. Oscar Wilde murió a los 46 años, exiliado de la Inglaterra Victoriana, murió de meningitis. Murió de INTEGRIDAD. El irlandés que murió en París. El irlandés que transformó las letras… ese que escribió: “La importancia de llamarse Ernesto”, “El retrato de Dorian Gray”, “La balada de la cárcel de Reading”… y más.
Morir… todos vamos a morir, moriremos ese justo instante en que abandonemos el abrigo escarlata manchado de sangre… de vino. ¡Morir! Yo voy a morir. Morir en el encierro viendo detenidamente aquella carpa azul… esa que llaman cielo. La importancia de llamarse Oscar Wilde. No he escrito nada importante, no soy una persona importante, no he grabado videos. No tengo nada importante que decir. No tengo nada importante que hacer en la vida. ¡Tienes razón! He abandonado el abrigo escarlata manchado de sangre. Estoy condenado.
Cuando se leyó el veredicto las putas bailaron en las calles que rodeaban Old Bailey… habían ganado ¡Triunfó la heterosexualidad! Pero fundamentalmente venció la deshonestidad, dominó la moral Victoriana. Oscar Wilde fue condenado a muerte por mantener su INTEGRIDAD, por no estar dispuesto a sobrevivir a costa de la traición. Ser desLeal. En 1891 conoció a Lord Alfred Douglas… Bosie, podría decirse que en ese soplo supo del amor… aquel que no debe ser nombrado. Aquel que debe ser negado, que te impide caminar agarrado de la mano, aquel que te sumerge en la disyuntiva: traicionar o morir.
Los testimonios señalan que la relación entre Bosie y Wilde fue trepidante, un joven que abrevaba de un viejo… un viejo que se recreaba a través de un joven. ¿de quién estoy hablando en realidad? de los que aman poco, de los que aman mucho; de los que asesinan con una lágrima o con un suspiro. De aquel que mata lo que ama; sin embargo, no se muere. Pero está muerto.
El 18 de febrero de 1895, cuatro días después del exitoso estreno de: “La importancia de llamarse Ernesto”, el Marqués de Queensberry, padre de Bosie dejó una tarjeta insultante en el club que asiduamente visitaba Wilde, la cual decía: “Para Oscar Wilde, ostentoso sodomita”, la tarjeta desató sentimientos contradictorios, enojo, furia… miedo. La sodomía era un grave delito. Wilde confrontó otra batalla, decidió demandar por injuria al Marqués, el objetivo era parar las murmuraciones. El dilema entre el ser y el aparecer.
Inicialmente no estaba dispuesto a aceptar su sodomía, fue presa del odio edípico. Las triquiñuelas entre un padre y su hijo. Al paso de los procesos la batalla tomó otro sentido, el Quijote estaba a punto de morir entre las ensoñaciones de los molinos. Los abogados de la defensa de Queensberry, envolvieron a Wilde, este sin saberlo cayó en una enorme contradicción.
Primero fue exhibida su vida clandestina, aquella que había sido negada, silenciada, sus decenas de amoríos con jovencitos… la debilidad de los efebos, las huellas de su andar en el mundo dejaron la oscuridad para ocupar un lugar en los tribunales y en la sociedad Victoriana, pendiente de los juicios: “las sábanas manchadas en forma especial”, las huellas de la simiente. Las fotos en Instagram. Después las huestes de la defensa se enfocaron en su obra; si bien, Wilde dio clases de ironía e inteligencia, sin ser del todo consciente aceptó que ésta era sodomita. ¡No quiero una relación!
Wilde se vio en la disyuntiva, ya no se trataba solamente de su amor por Bosie, sino de su creación, de ser congruente con lo que era. Con lo que se ES. Así el juicio dio un vuelco inesperado cuando Wilde aceptó que una obra sodomita, era producto de un sodomita. Wilde nombró aquello que la sociedad Victoriana sabía de su existencia, pero que no debía de ser nombrado. ¡La gran prohibición!
La tarjeta del Marqués de Queensberry acusa a Wilde de ostentar su sodomía, de sentirse orgulloso de lo que se es. La sociedad Victoriana toleraba la sodomía, mientras ésta se mantuviera en la clandestinidad, negada detrás de pesadas cortinas que oscurecían las habitaciones donde aquello acontecía. Pero Wilde y Bosie salieron a las calles y dejaron constancia de sus deseos. Ese fue uno de los delitos que la sociedad Victoriana no perdonó a Wilde.
El otro, se trata del clasismo Victoriano, ¿Cómo un escritor plebeyo, con fama sí, pero plebeyo, mantenía relaciones con la nobleza? La relación de Wilde y Bosie encarna las más oscuras angustias de la sociedad Victoriana, por un instante las diferencias de clase se borraron. No importaba que Wilde fuera un viejo y que no era nada, no importaba que Bosie fuera joven y que fuera Lord. ¡No importaba! El espejismo de las apariencias aparentemente estaba roto. Reflejos.
El 25 de mayo de 1895, Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde es condenado a dos años de trabajos forzados, su mundo cae en pedazos, pierde su familia, su casa, sus libros, su papel de escribir… —señala José Emilio Pacheco— se convierte en un PARIA. Ha perdido el éxito y el dinero, ¿ha perdido todo? En la angustiosa calma del desasosiego se preparan las venganzas. “A este tipo lo deben colgar”.
En la penumbra de la cárcel de Reading, Wilde continúa su batalla contra los molinos, está a la espera del amor y solidaridad de Bosie, Sin embargo, el efebo ha decidido manchar otras sábanas… la clandestinidad continua: SOBREVIVIR. Lord Alfred Douglas… Bosie mata al hombre que ama… porqué así debe de morir. Muere por la palabra aduladora, muere por el beso cobarde, muere en las manos de la lujuria. ¿Quién mató a Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde? ¿la hipócrita sociedad Victoriana? el cobarde Bosie… Querer algo que yo no quiero.
El hombre había matado lo que amaba,
y, así, debía morir.
Aunque el hombre mata lo que ama,
que cada uno de ellos escuche lo siguiente:
algunos lo hacen con mirada amarga,
otros con palabra aduladora.
El cobarde mata con un beso,
¡el valiente lo hace con la espada!
Unos matan su amor cuando están jóvenes,
y otros cuando están viejos;
algunos lo estrangulan con manos de lujuria,
otros con manos de oro;
Los más gentiles usan un cuchillo,
pues los muertos, así, se enfrían más rápido.
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