Juan Gabriel, la alegoría del machismo joto

Por  Armando Martínez Leal

@armandoleal71

Se diría que las calles fluyen dulcemente en la noche.

Las luces no son tan vivas que logren desvelar el secreto,

el secreto que los hombres que van y vienen conocen,

porque todos están en el secreto

y nada se ganaría con partirlo en mil pedazos

si, por el contrario, es tan dulce guardarlo

y compartirlo sólo con la persona elegida.

(Xavier Villaurutia 1938)

 

Juan Gabriel compositor, cantante… un espectáculo per se, su devenir podría definirse como un performance, en sus presentaciones bailaba, movía cadenciosamente las caderas, joteaba… generaba éxtasis y catarsis en quienes lo veían, provocaba a su público. Juan Gabriel es el cruce de clases: pobres, medias y ricos que se embelezaban, caían rendidos ante sus pies; la fascinación por el cantautor generó “teorizaciones” sobre el personaje; que representa la legitimidad de lo popular como objeto de consumo de masas y también puede dar luces para entender México.

Juan Gabriel es la alegoría del machismo joto, del desprecio a la mujer, del clasismo y racismo de la cultura dominante, representó la tolerancia priista, autoritaria: te tolero pero no te acepto, te sobrellevo siempre y cuando guardes las normas y las buenas costumbres, seas una persona decente, un buen homosexual; si te violó fue porque tú lo provocaste, lo querías, ¿mira tu falda?; si te golpeo… María Victoria esa célebre actriz que durante casi una década representó al “indigenismo mexicano asimilado” con su programa: “La criada bien criada”, comentó que el cantautor era demasiado amanerado, que al inventor por excelencia de los subproductos de Televisa, Raúl Velasco le molestaba su ostentación y lo conminaba a controlarlo, comportarse decentemente, no jotear, no torcerse…

Juan Gabriel encarna la posibilidad de ascensión social priista, provenía de una familia en extrema pobreza, es la consumación de la Modernidad mexicana del siglo xx, donde la contradicción entre campo y ciudad puede olerse, sentirse. Juan Gabriel fue poseedor de un talento excepcional compuso más de mil 800 canciones, vendió más de 100 millones de discos, grabó 60 discos de estudio, hereda el dolor y la sentimentalidad de José Alfredo Jiménez y Consuelito Velázquez.

Juan Gabriel es el Divo marica que santificó la homosexualidad al extremo de quitarle el conflicto, cosificándola, alienándola. Juanga era un exabrupto digerible, “el ídolo del México jotero… [del] …después de los tres tequilas el macho afloja” (Beltrán, Reforma 4/09/16) Juanga es la deidad torcida y venerada por el machismo religioso, en su figura se concentra la liberación y la represión, la visibilización y el closet, el Asimilacionismo y lo Queer, su feminidad llevada a la ingravidez como elemento contestatario, contracultural: lentejuelas y joteo. “…asombró a Monsiváis, cuando, durante un concierto en el Auditorio Nacional, cayó una luz de la tramoya y, con la mano en el pecho, soltó: “¡Ay, no me hagan esto que se me espanta la leche”(Beltrán). Pero también fue padre, creía fehacientemente en la familia, fue el Divo marica corporativizado por el PRI, a cambio de supuestos favores hacendarios grabó spot en las campañas del revolucionario.

Juanga como Liberace, tomaba un camino distinto al del Colectivo Lésbico, Gay, Bisexual y Transgénero (LGBT), mientras el pianista del candelabro acumulaba millones y compraba efebos y machos (todos ellos pobres), Harvey Milk, tomaba las calles de San Francisco en defensa de  los derechos humanos; volvió la visibilidad, salida del closet, una consigna política de la cuestión gay en la década de los setenta del siglo pasado.

Juanga como Liberace prefirió voltear al otro lado, mientras cientos de millones de homosexuales caían como moscas en los primeros años de la pandemia del VIH-SIDA. Mientras Larry Kramer y ACT UP tomaban las calles y luchaban por la sobrevivencia y el reconocimiento de que el SIDA era una pandemia, recordemos la histórica manifestación del 11 de octubre de 1987 en Washington y el proyecto de Cleve Jones (NAMES Project AIDS Memoral Quilt) contra el gobierno Republicano y su homofobia. Juanga era priista como Liberace republicano.

El PRI se negó a reconocer que el SIDA era una pandemia que casi termina con una generación de mexicanos, el PRI de Juan Ramón de la Fuente se resistió a dar antirretrovirales, fue la protesta de gays la que modificó dicha posición. El 23 de octubre de 1996, se constituye. “Con los rostros cubiertos por pasamontañas blancos…por la discriminación persistente”, el Frente Nacional de Personas Afectadas por el VIH/SIDA FrenpaVIH” (Brito 1996); fue la histórica movilización del FrenpaVIH la que logró “…el acceso universal y gratuito a los medicamentos antirretrovirales en México…”

Liberace murió de complicaciones derivadas del VIH en 1987, negando que era homosexual, no quería ser recordado como: “una marica sidosa”. Juanga murió de un paro cardiaco, siendo un icono del colectivo LGBT, sus composiciones son himnos, bastiones de la gaycidad mexicana. Juanga murió siendo un militante priista, ese partido homófobo y machista.

Arturo Díaz Betancourt (1956-2011) narraba su salida del closet en una conferencia de prensa, en el célebre monumento la wawis  (la escultura de Beethoven en la Alameda), allí y frente a medios de comunicación el ex-seminarista le daba nombre a ese amor silenciado. Arturo Díaz Betancourt fue un activista gay, dedicó gran parte de su vida a la lucha por un México democrático, incluyente, donde el amor sodimita no debía ser silenciado.

Arturo viajó una buena parte de su vida, asistía a congresos, deba conferencias, concurría a comités ciudadanos, cuando estaba en su casa era recurrente que saliera a altas horas de la noche para defender a un gay detenido, o bien asesorarlo para levantar una queja, Arturo soñó con una gaycidad distinta, decía que el máximo representante del colectivo LGBT era el pasquín Ser Gay, un semanario en papel revolución, en blanco y negro que al revisarlo te manchaba las manos, era oscuro como los bares… Para Arturo la salida del clóset era una consigna política, le ocupaban los más pobres, que son triplemente discriminados, por su condición económica, social… por su gaycidad.

El pus moderno haters, trasnochado millennials (chavorruco) hijo de Tere Vale, ha dicho que Juanga es heredero de Liberace, hay grandes paralelismos, pero se trata de un parangón. Juanga como indica Monsiváis abreva de Salvador Novo, los labios pintados de rojo, las chapitas y la bisutería (desde las joyas hasta las lentejuelas) son elementos contestatarios, así incomodaba Novo en sus fastuosas cenas a Díaz Ordaz, Echeverría, Uruchurtu… —puras finas personas— y lo más destacado de la “burguesía mexicana”. Juanga como Novo fueron militantes priistas, hicieron del amaneramiento, el lipstick y el rubor sus armas de guerra individualista contra el machismo y la homofobia; eso sí la vitrina permaneció intacta.

Ambos murieron siendo cómplices del machismo y la homofobia del revolucionario institucional, murieron como militantes del régimen político autoritario del cual se beneficiaron, allá la exhibición de los 41 que caminaron por las calles de la ciudad de México, allá las razias… el Le baron, allá los cientos de homosexuales muertos por crímenes de odio, allá los muertos de VIH.¿Pero es posible ser lesbiana, gay, bisexual y transgénero y militar en el PRI o PAN? cuando en la praxis estos partidos son profundamente homófobos.

En “Los Nocturnos” de Xavier Villaurutia se puede identificar una angustia, desasosiego producto de la presión social, es cierto la purga de los 41 marca un hito en la historia de la homosexualidad en México, el tiempo histórico de Novo y de Juanga hacia casi inviable salir del clóset. ¿Entonces quién tomó la calle… las escuelas, los hogares, el espacio público? ¿Quién opto por visibilizarse? generando cambios en la sociedad mexicana, revolucionándola. La condición gay se ha modificado sustancialmente los últimos quince años… ¿Fue el desparpajo de los millennials?, ¿Las cenas de Novo y su bisutería? ¿Fue la educación sentimental del Juanga?

El 18 de febrero de 1895 el Marqués de Queensberry dejó una nota en el Club Albemarle dirigida a Oscar Wilde, donde lo acusaba de ostentar su sodomía: “Oscar Wilde, ostentoso sodomita”, eso llevó a los célebres juicios del Marqués contra el Sodomita, obligando al sodomita a pronunciar el Amor que no se atreve a pronunciar su nombre, configurando la historia de la cuestión gay en el siglo XX. Oscar Wilde es el creador de la cuestión gay, se trata del acto de nombrar lo innombrable, aquello que la sociedad Victoriana sabía pero simplemente toleraba, bajo ciertas reglas, el silencio, la clandestinidad…las buenas costumbres, el juicio de Wilde es el de una sociedad vengativa y temerosa contra un artista que violó las reglas, fue ostentoso con su sodomía y la nombró, defendió el amor que no se atreve a pronunciar su nombre. Wilde rompió un sin fin de reglas victorianas, se enamoró de un joven, de un aristócrata… el costo de su osadía fue la muerte, primero la cárcel de Reading, finalmente el 30 de noviembre de 1900 sucumbe siendo un paria: un homosexual.

En estos tiempos una ola conservadora sacude al mundo, se trata de un fenómeno finisecular, tal vez en este siglo se ha alargado. En México la ola conservadora, reaccionaria, ¡Viva Cristo Rey! ha generado que la homofobia y la intolerancia se manifiesten públicamente, hoy los colectivos Lésbico, Gay, Bisexual y Transgénero confrontamos un nuevo reto, lo logros de la última década están en riesgo, es momento de tomar las calles, sitiar los templos (iglesias, hemiciclos… Los Pinos). Como bien indica Jean Genet son las mariconas, aquellas que no tienen nada que perder, que no pueden existir en la invisibilidad, las primeras que han dado la batalla… Santa María de la Flores… nuestras santas patronas, las que marcharon por las Ramblas con tacones y colorete, las que se negaron a quitarse la peluca y las faldas el 28 de junio de 1969 en Stonewall… sí es la feminidad la que tumba muros, derrota estigmas.

Los maricas de hoy, somos usufructuarios de una larga tradición que inicia el 18 de febrero de 1895 y continua su paso, a veces constante otras se retrae… heredamos la derrota, los presentes estamos obligados a hacerle justicia a los millones de caídos en honor de Santa María de la Flores… de los 41, de los cientos de millones de homosexuales muertos por la epidemia del VIH, los pasamontañas blancos del FrenpaVIH, que murieron por la homofobia, a los miles que han muerto por los crímenes de odio. En honor al sodomita Oscar Wilde.

 

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