Guerra sucia de la derecha en contra del proceso democrático y pacífico de transformación

Por Guillermo Torres

Dentro del espiral democrático de representación popular que nunca antes había tenido lugar en México de manera pacífica, el triunfo de la alternancia más aproximada a la izquierda progresista y liberal tuvo lugar en las pasadas elecciones presidenciales de 2018.

Pero hoy más que nunca ese cambio de régimen se ve vilipendiado y golpeado por la ultraderecha fascista que, en particular durante los dos gobiernos anteriores, ha bañado en sangre el país de una manera más que evidente y descarada, apuntando a una guerra de terror y miedo cuyo principal objetivo ha sido la opresión de los oponentes a su política entreguista y corrupta de desmantelamiento y privatización de los sectores estratégicos de la vida nacional.

Todo lo que comenzara a partir del fraude electoral de 1988 en una escalada de recorte de derechos y garantías ciudadanas, llegó a su climax durante el calderonato como régimen y brazo político al servicio del crimen organizado.

Fue el periodo en el que, con total descaro, asumieron una abierta y campante actitud y talante de guerra opresora contra el pueblo, aprovechando el eufemismo de una “guerra contra el narcotráfico” que el mismo Felipe Calderón operaba mediante su brazo derecho, su operador Genaro García Luna.

Por un lado, cercando con el ejército al crimen y, por el otro, pactando con sus líderes para garantizar su impunidad y libre operación, al tiempo de permitir el ingreso de una remesa sin precedentes de armas de alto poder en el operativo de “Rápido y Furioso” por parte del Pentágono, y haciendose parte esencial del Plan Mérida, que permitió incluso la operación de agentes encubiertos dentro del territorio nacional.

La guerra calderonista tenía dos principales objetivos en su estratagema. Uno era el control social de sus opositores y la manipulación del pueblo. Y por el otro, desde su elemental y errónea lógica, reivindicar de facto mediante la violencia su crimen electoral por medio de otros crímenes.

Pretendía hacer la presencia que su falta de carisma e inteligencia le impedían luego de haber llegado de manera espuria, ilegal y tramposa a la presidencia, de noche y por la puerta trasera, como todo delincuente cuando entra a un lugar al que no debe ni tiene derecho alguno.

La previsión para continuar con la garantía de su fuero e impunidad fue respaldar el sigiuente fraude electoral de la oligarquía en México, su mejor apuesta, Enrique Peña Nieto, producto chatarra prefabricado e impuesto en la opinión pública por las televisoras, los diarios y todos los medios de comunicación antidemocráticos.

Consorcios enteros cuyos propietarios son parte del grupo reaccionario que tiene como principal estrategia mantener a la ciudadanía en un estado mental acrítico y conformista por medio de sus contenidos chatarra. La neutralización de la sinapsis, en la medida de lo posible mediante la reproducción y difusión de los clichés que mantienen en ese estado mental a la gente. Una cultura de entretenimiento que asume ya como normal y cotidiano todo lo que azota al país.

De ahí la urgencia y prioridad en la agenda nacional de democratizar los medios de comunicación, ya que existe una línea tan grave y peligrosa para el pueblo como el caso de Italia, que siendo la mayor parte de los medios propiedad de Silvio Berlusconi.

En México no ha sido necesario tal esquema, ya que aquí son los medios de comunicación y los empresarios que representan quienes gobiernan de facto.

Y es por ello que está en marcha una coordinada y sincronizada campaña de fake news con el fin de generar confusión, malestar, caos y anarquía en el tejido social mexicano, ya de por sí muy descompuesto por esos gobiernos mercenarios, corruptos y antidemocráticos.

Ahora pretenden aprovechar la pandemia para intentar derrocar a la 4T, a lo que el gobierno de México ha acotado con eficiencia el camino, dada la eficiencia y al manejo científico y técnico que han dado las autoridades sanitarias al tema.

En este momento, dado el fracaso de su insistente golpe blando, la principal consigna y encomienda es eludir a la justicia de EU a toda costa. Esa urgencia de fuero cada vez más agonizante es la explicación de la obsesión de retomar el poder por medio de Margarita Zavala. En medio de una urgencia apremiante, de tener la posibilidad de ofrecer algo “interesante” de nueva cuenta a Washington.

Su mayor mérito es haber sido el presidente del narco y cometido crimenes de lesa democracia y lesa humanidad. Así de elevada y visionaria la línea del Partido Accion Nacional, sucursal de las Falanges Franquistas en México.

El fanatismo que le caracteriza al grupo de empresarios y medios de comunicaciòn que le acompañan, seguirán la misma línea durante todo el sexenio de AMLO, a lo que hoy más que nunca la sociedad civil debe estar bien alerta, atenta y actuando participativamente en la vida nacional de México.

Así como cobra especial relevancia el papel que debe jugar el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) para asumir la responsabilidad de respaldar el proceso de transformación y reforma que ha comenzado en México, a lo que le fortalecimiento democrático de sus cuadros y la misma conducción política del partido son consustanciales.

Esto es un factor de análisis fundamental, asentuado por el nuevo esquema que deberá entrar en el imaginario colectivo luego de la emergencia sanitaria.

Establecer nuevos esquemas de fondo del menester político. Es de vital urgencia e importancia desechar las formas políticas antidemocráticas y sectarias de toda institución que, como punta de lanza, está instaurando el gobierno desde sus propias instituciones, a lo que debe haber resonancia, eficacia, eficiencia y contundencia desde la cantera que ha visto nacer este gobierno, así como el movimiento que lo originó.

Recuperando además su esencia social como movimiento para generar a nivel nacional un gran movimiento de movimientos. Esto aunado a las acciones ya en marcha por la cuarta transformación, es lo único que tiene la posibilidad de perfilar una continuidad a dicho proyecto de nación. Tan importante por su origen pacífico, democrático, de representación y representatividad popular.

Así pues, Felipe Calderón es el representante del fascismo de mano dura, derramamiento de sangre y el terror. Respaldado por Vicente Fox Quesada, se robó la presidencia en 2006, traicionó a la patria sometiéndose a Washington para tener su respaldo, desatando una absurda y particular guerra, la suya y su superflua legitimidad.

Luego de la tendenciosa y corrupta gestión de Genaro García Luna como su principal operador, no solamente durante su desgobierno, sino durante el de Enrique Peña Nieto, queda en contra de la razón su desesperado argumento y declaración de que no estaba enterado de ello.

Lo cierto es que la justicia estadounidense está en cuenta regresiva para cumplirse y alcanzarlo de manera irremediable, siendo este un punto neurálgico en la continuidad de combate a la corrupción, justica y democratización de México.

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