El castillo de cristal: seres errantes

Por Anahí García Jáquez/Radio Gatell

Estados Unidos. Década de los sesenta y setenta. Rex y Rose Mary Walls son padres de Jeannette, Lori, Brian y Maureen. La familia se mueve constantemente de Arizona a Nevada y a California hasta West Virginia y viven una existencia carente de estructura en todos los sentidos. Pero, al crecer los chicos, se darán cuenta que existen otras realidades e intentarán buscar una propia muy distinta a la que les ha tocado.

El castillo de cristal es un trabajo de la periodista y escritora estadounidense Jeannette Walls y es, en esencia, la historia de su vida. 

Los personajes centrales son ella, sus padres y sus hermanos, y es un relato de la vida nómada que llevaron los niños Walls debido a las creencias de Rex y Rose Mary, dos seres tremendamente inteligentes pero a la vez inestables tanto emocional como económicamente, lo cual lleva a que sus cuatro hijos vivan toda clase de aventuras y, a la vez, desventuras, al no tener una crianza común y corriente.

Jeannette es la narradora y nos va llevando por este viaje tan largo que tuvo que emprender desde una edad muy temprana, ya que su padre –un hombre con muchos conocimientos, pero también con un problema de alcoholismo– decidió que así sería la vida de la familia.

Rex es apoyado en esto por su esposa, Rose Mary Walls, una madre irresponsable que prefiere fugarse de la realidad a través de su talento para la pintura sin reparar en las necesidades básicas de sus hijos que, aunque son criados en un ambiente de libertad, que estimula la creatividad, son expuestos a penurias de todo tipo, empezando por ser privados de la posibilidad de desarrollarse normalmente.

A través de los ojos de la autora, el lector aprende sobre las consecuencias a corto, mediano y largo plazo del desarrollo y crecimiento de cuatro individuos en medio de la impredictibilidad de los progenitores y los panoramas tan hostiles que se les van presentando a lo largo del camino. 

Asimismo, es testigo de su resiliencia, ya que aprenden a hacer lo que se puede con lo que se tiene a la vez que, aunque están carentes de lo necesario, son muy amados por su padre, quien estimula su curiosidad y su creatividad aún y cuando no puede (o no quiere) proveerlos de lo necesario. 

Y es aquí donde nos encontramos con el tema principal de este texto, que es ¿qué tanto los errores de los padres llegan a determinar las vidas futuras de sus hijos?, ¿es acaso que no todas las personas deben ejercer la paternidad o la maternidad?, ¿qué tan marcado queda un ser humano por las vivencias de su infancia?

El castillo de cristal es un libro conmovedor pero sin caer en la cursilería. La historia se cuenta en un lenguaje sencillo, ya que es una confesión que viene desde lo más profundo del ser de la autora. 

Es de notarse que no está escrito desde un lugar de rencor, sino más bien de ternura y remembranzas del pasado (que a ratos es delirante y a ratos entrañable), y muestra una imperiosa necesidad de exorcizar a los demonios que puedan hallarse sueltos. 

Jeannette Walls nos muestra, como lo han hecho otros antes que ella, que la realidad siempre superará a la ficción.

El castillo de cristal. Jeannette Walls. 2005. Editorial Debolsillo.

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