Dark la anomalía del devenir

Por: Armando Martínez Leal
@armandoleal71

Para: el andante Olvera
¿A qué viene todo esto? A que he nacido.
No corremos hacia la muerte;
huimos de la catástrofe del nacimiento.
E. M. Cioran

Baran bo Odar, director y guionista de la serie alemana Dark refleja una neurosis contemporánea, propia de la Modernidad, pero que a inicios de este siglo se ha exacerbado, la idea del apocalipsis.

Hace 75 años, la humanidad experimentó el poderdestructivo de la energía nuclear, en segundos Little Boy devastó Hiroshima, un lunes 6 de agosto de 1945; tres días después, el jueves 9 de agosto, Fat Man hacia lo mismo con
Nagasaki. En octubre de 1962, el mundo probó la continuación del terror nuclear, con la “Crisis de los misiles de Cuba”; mientras que, en octubre de 1986, después de haber pasado semanas, la humanidad conocía el desastre nuclear de Chernóbil, en la central Vladímir Ilich Lenin, ubicada en el norte de Ucrania.

Nos debatimos como sobrevivientes que tratan de olvidarla. En la Modernidad, la temporalidad se ha empequeñecido, volviéndose un simple dato que únicamente permite diferenciar: pasado, presente y futuro.

Walter Benjamin problematizó la reducción del tiempo a tres simples categorías, que legitiman la noción de progreso; aparentemente el individuo abandonó su minoría de edad, dejando de lado a Dios, para
constituir un orden “racional”, donde sus acciones ya no fuesen gobernadas por la divinidad, construyó a la par, un proyecto civilizatorio donde el futuro se vuelve el espacio central de la experiencia humana.

J’ai pas compris les codes même s’ils m’impressionnent Ninguna etapa histórica como la actual se afirma a partir de la negación de las otras. Lo
moderno implica necesariamente una superación de lo antiguo. Ese “avance” lleva implícito desechar lo acaecido; ciertamente en los ámbitos académicos e intelectuales el pasado se vuelve un objeto de culto, que permite acendrar el clasismo que se experimenta en el presente.

Una élite tiene acceso a leer y entender lo pasado, mientras que la masa construye su percepción de los hechos, histórica, consumiendo las mercancías culturales que se ofertan en el libre mercado. No hago nada, es cierto.

Pero veo pasar las horas El progreso se vuelve la máxima de la experiencia humana, acceder a una nueva mercancía, ver la nueva serie en cualquier plataforma streaming, utilizar un lenguaje particular que se yuxtapone al antiguo; o bien, desechar a la arcaica relación; en algunos casos lo viejo se reduce a su condición objetual, decorativa.

Una máquina de placer. Sobre este planteamiento ideológico intrínseco en la noción de Progreso, Benjamin señala que: el pasado se vuelve un tiempo superado, el presente es un estadío transitorio, mientras que todos los esfuerzos de la experiencia humana individual y colectiva se
concentran en el futuro.

La sagrada idea del Paraíso, en su condición secular, se convierte en la promesa de vivir la plenitud en vida; en este sentido, parecierase que la
promesa se ha cancelado, ya que el porvenir de la humanidad depende de su albedrío, ejercicio voluntarista que pone en el centro al individuo, desechando la colectividad.

Rebelarse contra la herencia, es rebelarse contra millones de años, contra la primera célula Dark como producto de la industria cultural, reflexiona sobre la idea de la temporalidad, como un elemento insuperable. Vaciado de todo sentido los escritores guiñan con la idea del eterno retorno nietzscheano, pero ese punto de vuelta no es la experiencia sagrada,
sino la idea de lo irresoluble llevado a una neurosis, querer el paraíso, sin poder acceder a él.

Fuck si j’ai pas la côte comme ça, je me mens… Es cierto que lo acontecido en el ayer determina el devenir. La realización o no del apocalipsis depende de la voluntad de los individuos en el presente, el regreso al pasado es la excusa perfecta para corregir el error y terminar de desecharlo, aunque el ciclo del eterno retorno, se vuelva una experiencia limítrofe donde el error sea imposible de corregir.

Hay un dios al principio, cuando no al cabo de toda alegría. La aporía que confrontan los personajes en Dark, es su neurosis por el paraíso, la
perfección impía del futuro, frente a la inevitabilidad de la catástrofe.

¿la máquina del tiempo pudo evitar Hiroshima y Nagasaki? O mejor aún, el desastre en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin. fui: lo no–nato, en suma
Como alegoría aparece esa eterna e insuperable discusión sobre el holocausto y la barbarie humana de la centuria pasada, los enclaves para el “entendimiento” están cifrados como cábalas en espacios temporales que son los cortes e hilos argumentativos de la serie.

Pero son alegorías vaciadas de sentido, como si la barbarie nazi no significara nada en el presente ¿tal vez esto sea cierto?, como si Chernóbil, la mónada de las catástrofes nucleares no tuvieran asidero en el Paraíso ¿tal vez esto sea cierto? Me hubiera gustado ser hijo de verdugo El férreo combate de la Modernidad contra el pasado ha empobrecido la experiencia a tal extremo que las fuerzas que se confrontan en el devenir del presente fueran producto de oscuros cultos que se colocan en supuestos puntos contrarios, pero en la relatividad del presente se tocan.

Soy hijo de Verdugo. Parece que no hay distinción entre izquierda y derecha… aquello que debatían encarnizadamente Jacobinos contra Girondinos es anulado por la fe a un extraño culto.

La hedonista veneración a la sobrevivencia al coste que sea. Pervivir sin idea clara del porqué. La razón ha perdido todo su valor… las ideologías han muerto, lo que queda es el cachivache llamado futuro, un cascaron vacío es nuestra condena, parece decir el suizo- alemán Baran bo Odar.

Un futuro sin razón. ¿Con qué derecho os ponéis a rezar por mí? La liturgia de Dark está llena de alegorías… Nietzsche, Heidegger, Ariadna, el Minotauro, la Alemania dividida, la Alemania silenciada… es como si la posmodernidad quisiera evitar su sinsentido, intentándolo se regodea en un barroquismo límpido, con frases e ideas que a galope irrumpen el vacío.

El error de la contemporaneidad está en la apuesta por productos culturales que reifican la catástrofe. ¿es imposible la reflexión humana sobre el pasado? ¿es imposible llenar la experiencia del presente con el pasado? ¿el
pasado es sólo un punto donde las energías permitieron un hoyo negro que posibilita la rectificación? ¡Qué miserable es la sensación! Pareciera que la humanidad no está dispuesta a superar su minoría de edad, que la razón
ha sido desechada por el culto a la ignorancia, por su limitante reflexiva, por su incapacidad.

Si llegáramos del futuro para corregir el presente, enmendar nuestra
incapacidad, nuestro culto al Progreso, nuestra inmunda condición… ¿qué corregiríamos?

Des–hacer, des–crear

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