Cutting, moda de alto riesgo en adolescentes

Por Maribel Ramos

Ser padre o madre de un adolescente en estos días no es cosa sencilla. Los cambios en la forma de ver el mundo y de resolver la cotidianidad se convierten en llamadas de atención que no pueden pasarse por alto.

Hace unos días fui a una reunión de padres de familia, convocada prácticamente de emergencia, debido a que en el salón de mi hija, que asiste a una secundaria oficial en la colonia Roma, cuatro de sus compañeros, de un grupo de veinticinco, practican el cutting. Una moda que consiste en cortarse la piel con una navaja.

Este fenómeno ha sido explicado por médicos y especialistas en salud como una respuesta pararomper el mecanismo del dolor emocional y cambiarlo por el físico.

Ser adolescente remite a una de serie de emociones, descubrimientos y sensaciones nuevas, pero también a un conjuntode presiones de un mundo incierto que se enfrenta con pocas herramientas.

El cutting inició en México hace diez o doce años, teniendo poco impacto. Sin embargo, hace aproximadamente año y medio,con las llamadas “tribus urbanas”, particularmente los llamadosemos,alcanzó su auge, sin ser exclusivo de ellos.

 

 

El cuttiing o risuka es una forma autolesión que puede ser utilizada por algunos adolescentes para afrontar problemas emocionales difíciles de sobrellevar,como puede ser elbullying, abuso sexual y situaciones propias de familias disfuncionales.

Ante la incapacidad de expresar  sentimientos de rabia, pena, rechazo, nostalgia y desesperación, los jóvenes pueden optar por cortarse, en el 90 por ciento de los casos, no como una forma de suicidio, sino para sentirse mejor, ante un “dolor” que comparativamente resulta menor.

Los objetos utilizados para realizar el cutting son las navajas de los sacapuntas metálicos y las tijeras. No suelen usarcúters(o exactos) porque no pretenden hacer cortes profundos, aunque algunas veceslas lesiones son tan graves que ameritan cirugías.

Como padres, es importante estar atentos y observara los adolescentes, que pueden realizar las cortadas en lugares poco visibles como el bajo vientre, ingles, axilas y sitios que pueden ocultarse con la ropa interior.

Esta práctica es más frecuente en mujeres que en hombres. Mientras las niñas pueden ocultar los cortes con exceso de pulseras, los niños por sus juegos bruscos tienen mayor margen de justificar las lesiones con sus actividades en la calle.

Cuando existen sentimientos de fracaso o insatisfacción, puede presentarse este fenómeno, junto conotras formas de autolesión, como desórdenes alimenticios, golpearse hasta producirse moretones, quemarse, jalarse la piel o el cabello, morderse las manos, dedos o brazos.

 

 

Algunos de los factores que pueden impulsar a que los adolescentes se autolesionen pueden ser el enojo crónico, la hiperactividad y la poca tolerancia a la frustración. Por ello es importante observar cualquier cambio de conducta que rompa su rutina habitual.

En México no hay investigaciones al respecto. La información que se tiene proviene de Inglaterra y España. De acuerdo con el Ministerio de salud de Gran Bretaña, el cutting se haconvertido en una epidemia, pues tres de cada diez adolescentes lo practican. La edad promedio de quienes se realizan este tipo de cortes es de 12 años, lo que indica que el rango podría estar entre los ocho y dieciséis años.

De acuerdo con el orientador de la secundaria, el psicólogo Jorge Sánchez, los padres suelen reaccionar con sorpresa e intentando  negarlo. El rechazo es causado porque ellos son parte del problema cuando se generan ambientes familiares hostiles, por ejemplo.

La solución requiere de un trabajo terapéutico de largo plazo, debido a que el adolescente con este tipo de conductas es sólo un síntoma de lo que pasa en la familia. Necesita adquirir herramientas que le permitan asimilar de manera correcta su enojo y miedo para no buscar fugas o escapes. Cabe aclara que, el que se deje de cortar no siempre es la solución, porque puede tener otras conductas para autolesionarse.

A una madre o un padre que detecta el problema se recomienda actuar con prudencia, pues no sirve de nada castigar o amenazar al adolescente. Por el contrario, hay que hacerle saber que nos importa, que merece estar sano y ser feliz, y que nadie tiene que afrontar sus problemas a solas. La empatía será el mejor recurso y el apoyo de un psicólogo puede resultar muy valioso para afrontar la situación.

En fin, espero que la otra junta escolar sea de temas más ordinarios, como la firma de boletas o los preparativos para del próximo festival.

 

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