Por: Armando Martínez Leal
La crueldad con la gente y con los animales,
la violencia, los gritos, la presunción,
los abusos de los hermanos mayores, la aritmética,
que haya quienes no tienen para comer mientras
otros se quedan con todo;
encontrar dientes de ajo en el arroz
o en los guisados;
que poden los árboles o los destruyan;
ver que tiren el pan a la basura
José Emilio Pacheco
Cuida… cuida que Dios no maldiga la hierba… que bendiga la siembra, que vea con buenos ojos tu existencia. Cuida… porque Dios cuenta los platos, porque Dios sabe cuántos trastos has roto. Cuida la tempestad de la existencia, el extravío del devenir. Cuida eres un náufrago en medio del tempestuoso océano. Cuida los intermitentes besos en la boca que recibes. Cuida los poemas que hacen actuar a tus ojos. Cuida las novelas que hacen confrontarte… encontrarte, rebelarte, soñar. Cuida los relatos que hacen brotar la carcajada en medio de una sala de espera. Cuida que en la sala de espera haya alguien que te quede. Cuida las películas que te prueban y tumban.
Cuida de no tirar el pan a la basura. Cuida lo más común, lo más vulgar, lo más próximo. ¡Cuídate!. Cuidaque los inventores no trastoquen tu existencia al extremo de dejarla. Cuida que JOSÉ EMILIO PACHECO no te abandone. Cuida que las Hojas de Hierba estén siempre presentes. Cuida que el germen de la rebeldía nunca deserte. Cuida de no encontrarte el ajo en el arroz y los guisados. Cuida de Carlos. ¡Cuídate!.
Cuida que el anverso no te haga envés. Cuida que el reverso no te haga adverso. Cuida que el verso no te abandone… como el contrario lo hace. ¡Cuídate!. Cuida de la traición que es amiga. Cuida que el diccionario nunca falte. Cuida de no carecer del guisante, que la lenteja esté siempre presente. Cuidade no volverte vegano. Cuida de las clases medias y de los calcetines perdidos, ¡Cuídate!. Cuida de los impares, porque el yin, porque el yang no llegarán. Cuida de que siempre estés en visto.
Cuida la curiosidad y a MARGUERITE YOURCENAR. Cuida lo que esperas, porque la muerte está ahí, como el pescador cuando arroja el anzuelo. Cuida de los hombres y las mujeres que dilaten tu sangre. ¡Cuídate!Cuida a los enfermos, los alcohólicos, los podridos. ¡Cuídate enfermo!. Cuida a los del mal venéreo, que veneran la democracia y repudian la sífilis. ¡Cuídate!. Cuida a las risas sarcásticas, burlonas y sangrientas porque nunca entienden. ¡Cuídate!. Cuida el silencio. Cuida de amar los mares tranquilos lo mismo que los tempestuosos. Cuida las tormentas. Cuida de no ahogarte, ahorcarte. ¡Cuídate!. Cuida las flores.
Cuida de abrir todos tus libros, los que aun conservan el plástico, los que aparentemente no has necesitado. Cuida de necesitarlos. Cuida de las conversaciones sosas. ¡Cuídate!. Cuida… evita las palabras felicidad, amor… porque nunca te he amado. Cuida de no pernoctar en la intemperie. Cuida de la pesada tapa del ataúd. Cuida de tener pa’ pagar la renta. Cuida lo que pierdes en el fuego, porque igual no lo encuentras en las cenizas. Cuida de las palabras que has deshonrado… que yacen muertas por tu culpa. Cuidade envejecer, porque estás muriendo Cuida de la esencial imbecilidad de tu especie. ¡Cuídate!.
Cuida de tener pa’ pagar la luz. Cuida de la avenida INDOLENTE. Cuida de la sensibilidad modistilla. Cuidade la traición fraterna de Abel… ¡el inocente!. Cuida del golpe melodramático. Cuida de ella indiferente. Cuidade él indiferente. Cuida del renglón que llevas en las patas. Cuida del murmullo que persiste en los abismos de tu alma. Cuida que el fantasma no sea tu confidente. Cuida que tu confidente no solo sea Diván. Cuida del que te elimina en el facebuque…¡Cuídate!. Cuida del que eliminaste. ¡Cuídate! Cuida de
Cuida de la coma que llevas entre las manos. Cuidadel eunuco, el hermafrodita, del enano, de la mujer de noventa años. Cuida del pavo y del mono. Cuida de examinar tu cuerpo, desprender sus partes y limpiar tus dolencias. Cuida de la jeringuilla que jeringa. Cuida de la muerte de tu madre que te priva del punto y seguido. Cuida de su bello rostro y sus bigotitos… porque en realidad durante treinta años lleva enfermo. Cuida de SADE, MISHIM
Cuida de los farsantes. ¡Cuídate!. Cuida de anularte, oponerte. Cuida de negar cada cuadro. Cuida de dejar huellas. Cuida de borrar las evidencias. Cuida del falsario
Cuida de escribir a pesar de la desesperanza. Cuidade escribir con la desesperanza ¿No se cómo se llama esta clase de desesperanza? ¡Cuídate!. Cuida de los reflejos en el estanque. Cuida de los bardos que transitan de balde en el ómnibus. Cuida del martirologio. Cuida de que en la noche no te haga falta tabaco. Cuida de no estar a salvo, mientras él no este a salvo. ¡CUIDA DE OSCAR!. Cuida de vagar desolado. Cuida de deambular desnudo. Cuida de tu alma, de los heridos, de tus heridas. Cuida de la inocencia. Cuida de nosotros. Cuida del señor que arregla cortinas. Cuida del salario que es demasiado bajo para vivir. Cuida de sobrevivir. Cuida de tu vecina, la que habita en las calles. Cuida de la tragedia que te reduce a números. ¡Yo soy un COMUNISTA!
Cuida de tu equipaje, que fácilmente se pierde. Cuidade estar sentado como un estúpido. ¡Cuídate!. Cuidade ponerte a trabajar inmediatamente. Cuida tus armas. Cuida tu lucha. Cuida tus libros, ¡CUÍDATE DE AQUEL QUE TE ROBE LOS LIBROS!. Cuida de cultivar tus supersticiones. Cuida de aquello de ¡Cueste lo que cueste!. Cuida de los sueños. Cuida de tener para la despensa. Cuida de tener para las pesadillas. Cuida de ERNESTO SABATO. Cuida de las alucinaciones y desazones. Cuida de los monstruos que dominan el universo. Cuida de la locura. Cuida del desasosiego. ¡Cuídate!.
Cuida de los fragmentos. Cuida de tus experiencias personales. Cuida del aula. Cuida de tus pupilos. Cuida de tus pupilas. Cuida del rencor que es un monstruo insomne. Cuida de tu orgasmo. Cuida de todo, de todo. Cuida del enemigo que es tu amigo. Cuida del partidario que es tu adversario. ¡Cuídate!. Cuida de ELENA GARRO. Cuida de los ojos fijos del tigre. Cuida de los ojos húmedos del perro. Cuida de la vida de perro. Cuida de la transubstancia. Cuida de ser un tránsfuga. Cuida del porvenir que es un retroceder. Cuida de la revolución. Cuida de ir sonriendo contigo mismo. Cuida de sonreírle al mundo, aunque ataje y envilezca. Cuida porque los pobres somos un estorbo. ¡Cuídate!. Cuida del azogue del espejo. Cuida… de nada sirve protestar. ¡Cuídate!.
Cuida de tu cara afligida por un pesar que no conocías. Cuida del hombre torvo, trémulo y enjuto. Cuida de la mujer patibularia, palpitante y cenceña. Cuida de la marica siniestra, aherrojada y taimada. Cuídate de leer a Monsiváis. ¡Cuídate!. Cuida de RULFO. Cui
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