Por Armando Martínez Leal
A la memoria de una revolucionaria: Andrea Leal Anaya (mi madre)
De verdad te extraño
las cosas no son iguales, estando solo
Podría encontrarte en Katmandú
en cualquier momento.
Pero a finales de octubre
es la mejor temporada
Te quiero mamá
más de lo que crees
(telegrama)
El siglo XX fue una época convulsa, dos guerras mundiales son el corolario de su desarrollo, también fue el tiempo de las revoluciones, la centuria iniciaba con el triunfo de la Revolución Bolchevique (Octubre de 1917), en México se gestó el movimiento revolucionario que produjo el pacto social más vanguardista de la época la Constitución de 1917. Philipp Blom señala que los primeros quince años del siglo XX fueron determinantes en su porvenir, signaron el curso de su desarrollo, es cómo si leyendo paulatinamente lo que aconteció en esos años pudiésemos entender el resto del siglo, allí de manera encriptada están contenidos los años de vértigo.
La centuria pasada también fue testigo de una de las grandes revoluciones sociales y culturales: la lucha de las mujeres por la igualdad política, económica, social, cultural, educativa… sexual. El llamado empoderamiento de la mujer marcó los tiempos de oscuridad modificándolos sustancialmente, la luminosidad de la femineidad se apoderó del espacio público, la batalla ha sido sinuosa, los triunfos son contados debido fundamentalmente a la resistencia del sistema patriarcal el cual generó millones de mujeres asesinadas en cada una de las batallas.
Los Años de vértigo como los titula Blom, estuvieron marcados por una enrome fascinación, pero también inundados de temor y, un miedo cercano al que vivimos en el presente. “En 1900, el cambio más profundo fue el que registró la relación entre hombres y mujeres, y hay muchos indicios que permiten deducir una intensa angustia en los hombres, cuya posición ya no parecía segura. Por primera vez en la historia de Europa, las mujeres estudiaban, comenzaban a ganar su propio dinero, exigían el derecho a voto y, lo que es más importante, sugerían que en una edad industrial, la fuerza física y las virtudes marciales se volvían inútiles. (Blom, 2008: 15)
La confrontación política que supuso la aparición de la mujer en el espacio público, significó un retraimiento cultural, el poder machista estaba siendo emasculado, su respuesta fue militar, librar duelos en torno de la hombría, gestar guerras mundiales; en el sutil campo de la estética (la moda) los varones dejaron crecer sus barbas y bigotes, entre más largo el vello facial, más hombre se era, la perilla se convirtió en la alegoría fálica del poder, del enorme mostacho de don Porfirio al de Francisco José I de Austria… lo mismo Villa que Zapata.
El 21 de junio de 1908 más de medio millón de mujeres se dio cita en Hyde Park, se trata de la mayor concentración humana en sus tiempos, las mujeres daban un punto de quiebre en la historia de la protesta, con más de diez podios montados a lo largo del parque, las feministas, comandadas por la «general» Flora Drummond luchaban por el derecho al voto. Fregar, guisar, trabajar y parir… esas eran las tareas que el patriarcado (político-eclesial) le signaba a las mujeres en 1900, donde según datos de la época, representaron más de la mitad de la mano de obra en la industria textil, las féminas se colocan así como motoras del cambio, fueron ellas las que entraron al proceso de industrialización y modernización de la acumulación de la riqueza.
Fueron las mujeres que trabajaban en la industria textil las que develaron la explotación y desigualdad que cotidianamente confrontaban, su salario era inferior al del varón, su actividad era triple… fregar, guisar, trabajar y parir. La incorporación de la mujer al mercado laboral significó en los hechos la construcción de su autonomía, las textileras dieron sentido a la rebelión feminista de Mary Wollstonecraft, fueron las más pobres las que iniciaron la revuelta contra el orden falócrata, las que se radicalizaron (Emmeline Pankhurst, Leonora Cohen, Lillian Lenton y Emily Wilding Davison entre otras), pusieron bombas y estaban dispuestas a dar la vida por modificar el orden existente. Mary Gawthorpe es una de las muchas pioneras en la lucha de la clase trabajadora femenina que hicieron suyo el sufragismo.
Las mujeres también jugaron un papel fundamental en la lucha revolucionaria del pueblo moscovita contra el autoritarismo y la desigualdad del zarismo… nombremos a Zina Konofianikova, la maestra rural, y a Lidiya Struve la estudiante bolchevique ambas ahorcadas … e imposible no llamar a «la roja» Rosa Luxemburg. Ellas abrieron la brecha de una lucha que cientos de miles de mujeres dieron cotidianamente en la centuria pasada.
Invoquemos a las comunistas mexicanas de los años treinta… Margarita Gutiérrez Velasco, Angélica García Ponce, Julia Barradas, Benita Galeana, Consuelo Uranga, María del Refugio Cuellar (la Cuca), Esther Delgado y María de Jesús Rincón… quienes arengaban en las calles de la Ciudad de México en mítines relámpagos, repartían El Machete, boteaban, cocinaban, lavaban y zurcían la ropa de los machos comunistas, ellas que pasaron temporadas en las cárceles mexicanas por ejercer el derecho a la protesta.
No olvidemos a Rosa Parks, la trabajadora afroamericana que le negó su asiento al blanco ario punto de quiebre en el movimiento de la lucha por los Derechos Civiles; a la inquietante y contradictoria Simone de Beauvoir y su Segundo sexo, que clarifica la condición de la mujer en el ámbito de las ideas con estas contundentes palabras: “Una mujer no hubiera podido convertirse jamás en Kafka, pues en sus dudas e inquietudes no se habría reconocido la angustia del Hombre expulsado del Paraíso”, la obra intelectual de la francesa acrecentó el camino de la lucha por la liberación de los sexos, eje que marca a la siguiente generación donde Gloria Steinem y Betty Friedan, feministas norteamericanas, son clave en la lucha de los años sesenta, Friedan fundó y lideró la Organización Nacional para la Mujer (NOW), que en 1970 organizó la primer huelga femenil de los Estados Unidos.
Lo femenino superó el espacio de la domesticada vida privada, cobró su legitimidad y poder, ya no era visto solamente como lo contrario al falo, “su complemento”, estamos en la postrimerías de la superación de la mujer como «segundo sexo». Es cierto la liberación de la mujer, la ruptura de sus cadenas fue extremadamente sinuosa y diversa, es diferente la experiencia de las aristócratas sufragistas inglesas a las trabajadoras textiles, los mismo acontece con la práctica de las comunistas mexicanas y la mayoría de las mujeres; cada mujer experimentó su liberación, o bien maticemos, la transformación de su vida cotidiana de manera particular, no puede generalizarse; pero además tampoco se puede cantar victoria. Hay batallas que dar.
El 19 de enero de 1943 en Port Arthur, Texas, nació Janis Joplin entorno a su figura se concentra como mónada la condición de la mujer en los años sesenta del siglo pasado, su liberalización pasó por la apropiación de su cuerpo, el reconocimiento de su sexualidad más allá del papel reproductivo, es decir la búsqueda del placer y el encuentro del punto G, el derecho al orgasmo como inflexión de su dignificación. La pastilla anticonceptiva contribuye a la segunda revolución: la sexual.
Los hippies, exacerbaron la ruptura generacional de los Beats, se trata de una nueva actitud frente a la vida, una ruptura entre el mundo de los adultos y el de la nueva generación; los años sesenta del siglo pasado también son el nacimiento de la categoría social juventud. Los jóvenes se vuelven el sujeto de cambio por antonomasia, y las mujeres juegan un papel fundamental en esa transformación contracultural; para este nuevo sujeto histórico el sexo se vuelve el espacio donde el afecto y el placer se expresan, se superan por otro lado las viejas ataduras religiosas, las relaciones sexuales ya no se sujetan a la pareja y el matrimonio, las y los jóvenes hippies ejercían su libertad experimentando con diversas parejas sexuales, la iglesia perdió aquí una batalla social que no ha querido reconocer.
El rock and roll es la forma por excelencia en la que los jóvenes se expresan, allí Janis Joplin encuentra el marco adecuado para su rebelión, la bruja cósmica abreva de Bessie Smith, Ma Rainey, Lead Belly, Odetta, Billie Holiday y Big Mama Thornton… intérpretes del bebop; Joplin fusiona en los hechos el groovy chick de los Beatles con el bebop de los negros, esa búsqueda íntima la catapulta al espacio público, la mujeres rockanrolean … no sólo como fanáticas famélicas que gritan hasta desfallecer y acompañan como groupie al macho rockero. Janis es la representación de la feminización de la rebelión.
En ese sentido se le ubica como una heroína del feminismo, si bien Gloria Steinem y Betty Friedan no la consideraban militante de la causa, lo cierto es que en lo hechos la Joplin lo era, como millones de mujeres lo fueron, esas que rompieron el muro del patriarcado, esas que posibilitaron que millones de mujeres estén en el sistema educativo, representando más de la mitad de su matrícula.
La escena contracultural del rock and roll era profundamente machista, la mujer era concebida como objeto de dominación, su cosificación sexual llegó al extremo de volverla una muñeca de plástico lista a las necesidades de la estrella rockanrolera; prueba de ello es como un porcentaje mayoritario de “…las letras de rock en los años 60 estereotipaban a las mujeres como objetos sexuales y fueron, casi enteramente escritas y ejecutadas por músicos masculinos.”
Joplin es el símbolo de la nueva cantante. A diferencia de las Shirelles y Ronettes, que cumplían con el estereotipo de la mujer en la escena musical: asombrosamente peinadas, con tacones, minifalda y “bellas” (medio tontas); o por el otro lado las cantantes de folk como Joan Báez, extremadamente politizada, pero no considerada bella y sexual, Janis es agresiva, sexualmente expresiva, inteligente, combativa y bella. Es por ello que es una heroína feminista, que traspasa las barreras del género musical y del estereotipo sexual.
Janis Joplin, que siendo universitaria, ganó el “premio” Ugliest Man on Campus (el hombre más feo del campus, 1964) fue una revolucionaria, es la mujer que se subió al escenario y cantó su dolor, lo confrontó superándolo, en cierto sentido fue su motor, el que le permitió ejercer un papel más activo en la escena, de groupie a feminista. El dolor que la llevó a la muerte el 4 de octubre de 1970 de una sobredosis de heroína.
Su rebelión fue dolorosa, pagó con su vida las bombas que estuvo dispuesta a lanzar y lanzó, el camino la llevó a San Francisco, los Ángeles, Katmandú, Río de Janeiro y a la muerte. Vagó por todo el mundo, trató de encontrar su libertad, el espacio que le pertenecía en el mundo, compartió sus lágrimas, su lucha incesante contra el patriarcado. Cry baby, cry baby, cry baby
Janis fue la niña hippie que liberó a las mujeres del maquillaje, la faja, la falda, el sostén, el cabello extremadamente cepillado y la laca… Janis y sus cabellos sueltos, Janis y su contoneo de caderas… Janis y su sexo… Janis la amorosa, Janis la belleza intermitente, en un segundo estás allí encantadoramente, al siguiente sigues allí aunque tu belleza… no sea constante, fluyes, deliras, te contoneas… te quiebras como una mujer. Ven nene, nene… ven y llora nene.
Janis Joplin nació en 1943… Andrea Leal Anaya un año después, ambas dejaron este mundo un 4 de octubre, la bruja cósmica en 1970… mi madre en 2016. Escuché por primera vez a Janis de niño, su música inundaba mi casa, mi madre bailando, feliz, contoneándose. Bailé Summertime…porque mi madre es hermosa baby, juntos nos detuvimos con Bobby McGee y su sucia armónica… volamos, cantamos blues y nos perdimos en la libertad… Sabes ahora sé que Bobby McGee era suficiente para sentirme bien. Contigo soñe el Kozmic Blues y sé que el tiempo sigue avanzando, que los amigos se alejan… pero hay que seguir avanzando, empujando el sueño…I keep trying to make it right.
Andrea Leal Anaya fue una luchadora, creía en un mundo más justo, con ella marche cientos de veces, festejé el triunfo de la revolución nicaragüense… la pasión por los libros se la debo a ella… por Shakespeare… fue una mujer plena que cambio el mundo, ejerció su libertad, nunca dejó de soñar. Y Janis Joplin canta Get It While You Can… No no no no no no no no… sabes que en este mundo si lees entenderás por qué pelean los hombres, por qué las mujeres son explotadas, asesinadas, por qué hay millones de pobres…Honey, grab it when you’re gonna need it! …Yeah hey, hold it while you can… No le vuelvas la espalda al amor… porque el sueño no ha terminado.