Por Colectiva Feminista Hijas de Su Maquilera Madre
Sé que muchas personas dudan de mi existencia porque no me conocen, porque no me han visto, porque no me expongo públicamente y porque quizás sea más fácil para muchos creer que no existo. Yo no busco seguidores o ser famosa, por 27 años fui una persona con una vida sencilla y sin llamar demasiado la atención porque así me sentía bien, porque así era feliz.
No siempre se tiene lo que se quiere, si hoy has escuchado sobre mí no es porque yo lo haya querido en principio, pero tarde o temprano las desgracias se hacen públicas.
Para muchas personas soy valiente, soy fuerte, soy digna de admirar, sin embargo, te digo que no creo serlo, sólo soy una persona que busca que su derecho a la justicia, un derecho que todo ser humano tiene se haga valer; si, justicia y no venganza porque yo no busco vengarme de los que me hicieron daño yo busco que se me haga justicia para poder continuar con mi vida.
Esa noche confíe más de lo que se merecían las personas equivocadas, pensé erróneamente que todo estaba bien porque eran personas estudiadas, cultas incluso más que yo, profesores de la Universidad, gente a cargo de futuros profesionistas y compañeros de docencia.
Pensé que todo estaba bien porque siempre pienso bien de las personas. Ese fue mi error, no debí confiar en ellos por parecer decentes y saber que incluso dos de ellos tienen esposa e hijos, ya que nada de eso los detuvo para hacer lo que hicieron conmigo esa madrugada.
Tú puedes creerme o no, tú puedes llamarme mentirosa o ignorarme yo no te quiero convencer de algo, sólo quiero que sepas que si hago esto es porque no sé de qué otra manera alzar mi voz y decirte que la única forma de regresar a tú vida después de ser violada es enfrentarte a tus agresores, no guardar silencio porque eso esperan ellos y puedo decirte que sé de lo que hablo, que puedo entenderlo perfectamente porque me pasó y es hasta que te pasa, hasta que lo vives que puedes entender cómo se siente ser lastimada tan profundamente.
Tienes miedo y quisieras olvidarlo todo, crees que no eres valiente como para enfrentarlo, pero ahora sé que solo se es valiente cuando se tiene miedo; comprendes que realmente no es a ellos a quienes debes tenerles miedo sino a la sociedad. Sabes que la gente te va a señalar, te va a juzgar, no te va a creer, va a hablar mal de ti, va a desprestigiarte y justificar de mil formas que lo que te ha pasado es porque así te lo has buscado. Pero, ¿Por qué es así? Porque esta es la sociedad en la que hemos crecido, la sociedad que conocemos y aun así sabes que debes ir en contra de todo para poder cambiar algo y continuar.
Si sigues pensando que no existo entonces deja de leer esta carta, pero no olvides que una violación y cualquier otra injusticia va a seguir pasando mientras lo sigamos callando esperando a que el tiempo borre los malos recuerdos.
Lo que ellos me hicieron, tan grotesco y bestial por más que puedan llegar a negarlo saben bien que sucedió y que yo no lo olvidaré jamás, para ellos yo no era una persona esa noche, era un objeto una cosa que manejaron a su antojo, tan intoxicada como para no poder defenderme, tan sola y vulnerable sin que nadie pudiera ayudarme en esos momentos porque, aunque no fui sola a esa fiesta, sola me dejaron con ellos.
Me violaron, así tan crudo como suena, así se llama lo que me hicieron porque yo nunca di mi consentimiento para que se adueñaran de mi cuerpo y de mi voluntad. Nunca se detuvieron a pensar en cómo me sentiría al día siguiente o al siguiente o al siguiente, en sí yo iba a estar bien, ni siquiera creo que recordaran mi nombre en esos momentos, sólo pensaron en ellos y en satisfacer sus instintos animales.
Los violadores no están solo en un callejón oscuro esperándote, están en la oficina, en tu propia casa, entre los que se dicen tus amigos, en tu trabajo, en la universidad en cualquier lugar que puedas considerar incluso seguro.
Ellos no merecen sentirse seguros, libres, confiados quiero que estén donde deben estar, encerrados privados de la libertad e incapacitados de volverle a hacer daño a otra persona; me dan asco, me repugnan, el sólo pensar en ellos y en lo que me hicieron, en sus caras y en los sonidos que hacían, pero tengo que recordar aún no puedo olvidar, no mientras ellos sigan libres.
Yo merezco volver a sentirme libre, feliz, a salvo y volver a ser la que siempre fui, aunque creo que esto último es imposible porque es ahora cuando debo ser mejor que antes, una mejor versión de mi porque esto no puede dejarme sin algún cambio, debo ser más fuerte, más segura y más sabia.
No hay día en que no piense en esa noche y sienta ganas de llorar y muchas veces creo que voy derrumbarme, pero también pienso en todas las personas que han estado conmigo desde el principio, muchas de ellas sin conocerme me apoyaron y me apoyan y lo más importante, me creen y están ahí para recordarme que no estoy sola en todo esto, a ellos les agradezco su empatía y su solidaridad.
Al principio no lo veía, pero, esta lucha no es solo para mí, es para ti también para que sepas que no estás sola y no tienes por qué soportar esto en silencio.