Por: Armando Leal
Los enfermos tienen un extraordinario
conocimiento del estado de la sociedad.
En ellos, el desenfreno se convierte
en conocimiento infalible del ambiente
en que respiran sus contemporáneos.
WALTER BENJAMIN
El 31 de agosto de 1867, Charles Pierre Baudelaire fallece después de una larga agonía; tras dos años de residir en Bélgica, donde sufre un ataque que le provoca una parálisis y afasia; su madre lo trasladó a París donde al año muere. Paul Verlaine lo consideró poeta maldito y una de sus grandes influencias. Il pleure dans mon coeur
Charles Baudelaire es considerado un precursor del movimiento simbolista, su obra se inscribe junto a la de Rimbaud, Verlaine y Mallarmé, esos artistas que abandonan la figura y se distancian de la metáfora como elementos consustanciales de su creación. Comme il pleut sur la ville
El próximo 9 de abril se cumplirán doscientos años del nacimiento de Charles Baudelaire, el bicentenario de su natalicio atraviesa a la contemporaneidad pandémica. Baudelaire muere de sífilis hace 154 años. Quelle est cette langueur
Los homenajes galos al Gran Poeta son discretos, casi silenciosos, para el profesor emérito del Collège de France, Antoine Compagnon el “problema” es que: “No hay nada en Baudelaire que sea políticamente correcto según los términos actuales”. Qui pénètre mon coeur?
La visión crítica, que se adelanta a su época sobre el progreso y la democracia, pueden ser uno de los elementos para la ausencia de un homenaje nacional; también, es el reflejo de la miseria de nuestra contemporaneidad. Ô bruit doux de la pluie
La poesía baudeleriana anuncia la catástrofe del presente. En su creación no hay tropo que medie para señalar el verdadero significado de la experiencia moderna. “Digo: ¡Viva la revolución! ¡Viva la destrucción! ¡Viva la penitencia! ¡Viva el castigo! ¡Viva la muerte!… como digo ¡Viva la democracia! ¡Viva la sífilis! Par terre et sur les toits!
La experiencia sifilítica es equivalente al mundo democrático. Estamos enfermos de democracia. Estamos enfermos de sífilis. ¡Estamos enfermos! ¡Viva la democracia! La experiencia moderna es la del exceso: exceso democrático, exceso consumista, exceso individualista. Digo ¡Viva la democracia! como digo: ¡Viva la sífilis! Pour un coeur qui s’ennuie
Baudelaire se vuelve una figura fundamental para entender la discusión alrededor de los significados de la cultura moderna, del capitalismo y del progreso, su poesía es paradigmática ya que refleja las condiciones extremas del infierno en la Modernidad. El infierno neoliberal, el infierno: millones de seres condenados a la miseria. Ô le chant de la pluie!
Baudelaire fue el poeta-dandy, contradictorio y soberbio, hacedor de infiernos regios, vislumbró el fracaso de la revuelta: el triunfo de la burguesía y la zozobra del proletariado en la construcción del Estado moderno. Su obra es un testimonio radical sobre la experiencia de muerte. Il pleure sans raison
Cámaras de gas, T-Stoff, Mostaza… los crematorios, Agente Naranja, bacterias, virus… la técnica al servicio de la destrucción: Peste negra, peste, Coronavirus… y los crematorios. El progreso produciendo muerte. “No hay documento de cultura que no lo sea al mismo tiempo de barbarie”. Dans ce coeur qui s’écoeure
La experiencia de muerte tiene otra cara, aquella que se confronta en la multitud donde el individuo se pierde y estalla en la más desgarrada y abierta soledad. El yo que habita la multitud es temeroso y cobarde. Dans ce coeur qui s’écoeure
Baudelaire sustancia la experiencia de multitud en el París del segundo Imperio donde la Bohéme y los conspirateur de profesión confluyen en las barricadas y en los guinguettes. Quoi ! nulle trahison?
Dos figuras esenciales para entender la Modernidad: el Poeta, Charles Baudelaire y el Conspirador de Profesión, Louis-Auguste Blanqui; imágenes antinómicas el heredero versus el obrero; dos cabezas de la modernidad; el ideólogo de la Comuna y el Poeta Maldito. Ce deuil est sans raison
Para Walter Benjamin: Baudelaire se encontraba aislado del mundo literario de su época, como Blanqui del mundo de los conspiradores. Dos radicales que confrontaron su tiempo. La izquierda y la derecha pueden tocarse. ¿Baudelaire puede ser considerado de derecha? C’est bien la pire peine
Baudelaire es el gran visitador de los infiernos modernos, tras de él llegaron sus descendientes desde Rimbaud hasta Artaud. Baudelaire es el poeta de la actitud… de modos y gustos, de una práctica artística que da cuenta del infierno. Baudelaire es el poeta que llevó las perturbaciones modernas a la esfera del canto, mientras Nietzsche las llevó al concepto. De ne savoir pourquoi
El carácter patógeno de la cultura moderna fue puesto de manifiesto por Baudelaire. “No hay documento de cultura que no lo sea al mismo tiempo de barbarie”; la cual es sintomatologizada en el canto baudeleriano. Sans amour et sans haine
El progreso es en realidad la decadencia de Occidente. Antes que Marx, Nietzsche y Freud estuvo el POETA. Baudelaire vislumbró la derrota del proletariado y el triunfo de la burguesía: Digo ¡Viva la democracia! como digo: ¡Viva la sífilis! Mon coeur a tant de peine!
En las tabernuchas, el conspirador por ocasión: Charles Baudelaire vislumbró nuestra enfermedad.
Entre el vaho del vin de la barrière que se combinaba con el tabaco y las espiraciones de rateros, carteristas, criminales, estafadores, seres sin ocupación fija, vagabundos, mendigos, jugadores, timadores, saltimbanquis, adivinadores de la suerte, chantajistas, vendedores de drogas, expresidiarios, prostitutas… toda esa clase de gente que vive al margen de la sociedad, esas flores del mal que se erguían frente a él con solemne magia. Ahí el Poeta se vuelve Trapero que recorre las calles y grita: ¡Viva la democracia! como la ¡Viva la sífilis!
El trapero es el síntoma del pauperismo, el nuevo habitante de la calle, aquel que se cruza hasta confundirse con el flâneur. El trapero es el bisabuelo homeless. Desechos, todos somos desechos de la modernidad. La poesía es desechada.
En 1936, Walter Benjamin trabajó en: “El París del Segundo Imperio en Baudelaire” y “París capital del siglo XIX” en dichos textos confronta las figuras de Baudelaire, Blanqui y Marx… donde Marx ve al lumpenproletario, Baudelaire ve al revolucionario; donde Marx ve al Ejército Nacional de Reserva y al agente contrarrevolucionario; Baudelaire ve a los descendientes de Caín… justo en ese instante Satán se vuelve el líder confesor de los conspiradores y los miserables.
Se cumplirán doscientos años del nacimiento del POETA MALDITO, la celebración del acontecimiento será nula, su figura es problemática para la sociedad francesa; sin embargo, su legado es un enclave para nuestro entendimiento.
Llueve en mi corazón
como llueve en la ciudad;
¿Qué es esta languidez
que penetra mi corazón?
¡Oh dulce ruido de la lluvia
por tierra y en los techos!
Para un corazón que se aburre,
¡Oh el canto de la lluvia!
Llora sin razón
este corazón descorazonado.
¡Qué! ¿ninguna traición?…
Este luto es sin razón.
Es bien la peor pena
de no saber por qué
sin amor y sin odio
mi corazón tiene tanta pena.
Paul Verlaine