Por: Armando Martínez Leal
Para mi muso sempiterno: Coyohua
Imperios se derrumban. Los jefes de pandilla
se pasean como hombres de Estado. Los pueblos
se han vuelto invisibles bajo sus armamentos.
Así el futuro está en tinieblas y débiles
las fuerzas del bien. Tu veías todo esto
cuando destruiste el cuerpo destinado a la tortura.
Brecht
La mañana del jueves 26 de septiembre de 1940, Henny Gurland tocó a la puerta de la habitación, muy probablemente no recibió respuesta y decidió ingresar, igual se trató de una educada réplica, señalándole que podía entrar. En la cama yacía Walter Benjamin, quien, según su versión, le confesó que la noche anterior, como a las 22 horas había ingerido la morfina comprada con antelación en Marsella. Le hablaron al médico, pero éste ya no pudo, o no quiso hacer nada: Walter Benjamin murió hace 80 años.
Se dijo que se trataba de la primera víctima intelectual del nazismo. Bertolt Brecht señaló que se había adelantado a sus verdugos levantando la mano contra sí mismo. Walter Benjamin murió a los 48 años, dejando un legado profundamente vigente. Su pensamiento rompe las fronteras de los saberes.
En estas fechas conmemoramos, intentamos regresar al justo instante en que el Berlinés se quitó la vida; sin embargo, lo trascendente es leer su pensamiento, regresar a sus textos para encontrar otro tesoro que Benjamin nos cifró y no habíamos visto. En 1916, Walter Benjamin redacta: “Über Sprache überhaupt und über die Sprache des Menschen”texto enigmático, donde encripta su derrotero intelectual al cual dedicará su estar en el mundo.
En “Sobre el lenguaje en general y sobre el lenguaje de los hombres”,Benjamin aborda un problema aparentemente de moda; se trata, del giro epistemológico que la ciencia daba en búsqueda de la VERDAD y la OBJETIVIDAD. En esa tesitura, los esfuerzos intelectuales de Ferdinand de Saussure cobran sustancia con la publicación de su: “Curso de lingüística general” (1916), donde plantea que el lenguaje es un sistema de signos cerrado que contiene la VERDAD. En concordancia con los esfuerzos del ginebrino está el Wiener Kreis, el llamado Círculo de Viena que igualmente confronta al lenguaje “alejándose” de su visión especulativa. Expresión de esta es: “Tractatus logico philosophicus” (1921), de Ludwig Wittgenstein.
En “Sobre el lenguaje en general y sobre el lenguaje de los hombres”,Walter Benjamin aborda el problema de la VERDAD, la ciencia y el lenguaje desde otra frontera, estira la cuerda del arco y desde otro extremo, devela su origen en el insuflo de DIOS al hombre; su epistemología va al Deuteronomio, en el justo instante de la Creación; la elección no sólo da cuenta de la creencia del Berlinés sobre DIOS, sino retoma uno de los desechos de la MODERNIDAD: lo SAGRADO.
Para Benjamin, la discusión sobre la VERDAD no está en la certidumbre que establece el signo y su sistema de equivalencias; o bien, en su carácter matemático, otra vez la igualdad; sino, el lenguaje es la expresión de la Caída, de la expulsión del hombre del Paraíso por haber comido del Árbol del Conocimiento. Este planteamiento revela que el conocimiento es algo exterior al humano, lo cual desgaja la construcción ontológica del Ser en el lenguaje (Heidegger) partiendo de la imposibilidad de llegar a la VERDAD debido a la Caída. Para Benjamin el lenguaje y el Ser están rotos.
La Modernidad y su discurso escatológico pretenden “solventar” la Caída negándola, todo aquello que no esté dentro del sistema de equivalencias y que no sea producto del método científico, se vuelve falso. El arco epistemológico que Benjamin abre en su texto de 1916, toca la otra punta con: “Passagen werk”, “Libro de los pasajes”.
Walter Benjamin asume la fragmentariedad como una forma de construcción epistémica, pensar implica pepenar en la historia de los saberes, pero fundamentalmente de la EXPERIENCIA humana; bajo ese principio construye figuras: MATERIALES; como lo son: los pasajes, almacenes, la moda, lo arcaico, el tedio, las barricadas, el hierro, las exposiciones universales, el coleccionista, el interior, el flâneur, la prostituta, la calle, los espejos, el autómata, el ocio…
La visión caleidoscópica benjaminiana abisma los sórdidos desiertos de la inexistencia de la mediación. Tal vez sea cierto lo que señala el autonombrado discípulo de Walter Benjamin: el adorno, Theodor Wiesengrund, el pensamiento benjaminiano es real filosofía; pero a Benjamin no le interesaba hacer filosofía, sino apostar por una praxis distinta, por una inédita forma de mirar, observar las cosas. Una original forma de la EXPERIENCIA de pensar la cual fue rechazada. Fundamentalmente porqué no fue entendida.
Comprender, captar, dar cuenta… asimilar. Desconocer, ignorar. RECHAZAR. Hans Cornelius el docente titular y responsable de admitir o vedar como Privat-docent, en la Universidad de Frankfurt derivó dicha tarea a sus ayudantes: Max Horkheimer y Adhemar Gelb; porqué confesó que era “muy difícil de leer”. A su vez, sus ayudantes pidieron a Walter Benjamin elaborar un exposé de “Ursprung des deutschen Trauerspiels”, que finalmente confesaron tampoco entender.
“El origen del drama barroco alemán” (1925) es la tesis que Walter Benjamin presentó para su Habilitationsschrift como Privat-docent, texto que no leyeron Cornelius, Horkheimer y Gelb. Lo que intentaron descifrar pero no lo lograron y RECHAZARON fue el exposédel Trauerspiels. El Privat-docent era el máximo cargo que un judío podía lograr en la pirámide académica y no recibía remuneración alguna.
Walter Benjamin fue desechado del mundo académico ¿lo rechazaron porqué no lo entendieron? O porqué su pensamiento implicaba un cisma en el espacio de los saberes -de la Real Filosofía- academicista; y también, porqué evidenciaba las limitaciones de Max Horkheimer. Sistemáticamente los miembros del Instituto de Investigaciones Sociales (la Escuela de Frankfurt) rechazó las ideas del Berlinés… desde 1925 hasta su fallecimiento. Fue una batalla campal, entre el Flâneur y los chicos que moraban la última habitación del Gran Hotel Abismo.
La reflexión contenida en “Über Sprache überhaupt und über die Sprache des Menschen”es una carta criptográfica sobre el pensamiento benjaminiano, pero también orienta en el entendimiento de su estar en el mundo. Walter Benjamin no fue un ser presa del infortunio del destino; sino un homme de lettres que estaba en contra del orden existente y estuvo dispuesto a dar tumbos y responsabilizarse por ellos.
Ochenta años han pasado de aquella oscura noche, ochenta años de aquel amanecer donde el invierno se adelantó. Walter Benjamin decidió birlarse de sus verdugos… porqué confrontaba una situación sin salida. Levantó la mano contra sí mismo. Su mirada apunta directamente al centro de la experiencia contemporánea. Vislumbró la lobreguez del presente. El día que el enemigo ascendió al Reichstag triunfó la BARBARIE, esa en la que hoy nos regodeamos, cayeron los imperios, se edificaron nuevos… y los jefes de la pandilla son hombres de Estado.
Los pueblos… los pueblos se han vuelto invisibles frente a los triunfos del fascismo: Bolsonaro, el fascista americano… el fascista, los golpes de Estado religiosos… el fascista Putín. EL FASCISTA. Los pueblos son invisibles frente al triunfo del individualismo ascensional… aspiracional. Ochenta años han pasado de aquella oscura noche, ochenta años de aquel amanecer donde el invierno se adelantó. Walter Benjamin es profundamente vigente.
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