Por: Víctor Manuel Del Real Muñoz
Existen en el futbol mexicano proyectos deportivos que no tienen ninguna trascendencia en materia deportiva y comercial y que además tienen plantillas plagadas de jugadores extranjeros y nacionales de segundo orden, dicho esto con el debido respeto a la dignidad profesional de los jugadores y los cuerpos técnicos respectivos de quien se trate. Sin embargo, está claro que sobre el anterior supuesto hay equipos en México (tanto en primera división como en liga de ascenso) que son demasiado intrascendentes en todo caso.
No es el caso de lo que ocurre en la Ciudad de Tijuana, en donde prevalece un proyecto deportivo de gran jerarquía perpetrada en poco tiempo. Hablamos de los Xolos de Tijuana.
No me meteré a juzgar ni analizar la parte directiva ni propietaria de este equipo, no dejando de mencionar que la familia Hank (Propietaria de Grupo Caliente y del equipo Xolos de Tijuana) tiene un pasado de una imagen política y pública históricamente cuestionable, juzgada y sobre todo manchada. Hasta ahí. Sin embargo, en esta ocasión hablaremos solamente del equipo y haremos un análisis a fondo del mismo como un todo en lo deportivo.
Esta institución de la frontera norte logró ser campeona en primera división a un año de haber ascendido y a menos de 10 años de haberse fundado. ¿Quién no va a recordar a esos Xolos aguerridos, intensos y disciplinados, dirigidos por el Turco Mohamed, venciendo con autoridad al Deportivo Toluca en la cancha del Estadio Nemesio Diez?
Desde el principio este equipo vino a decirle al futbol mexicano que llegaba para quedarse, y además empezó a mostrar lo que es un equipo consistente proveedor de una dulce sintonía entre equipo (jugadores y cuerpo técnico), directiva, propietarios con la afición, consagrando una base de seguimiento regional creciente que va desde las periferias del área metropolitana de Tijuana, las ciudades aledañas de Baja California y las ciudades y pueblos estadounidenses del estado de California –con fuerte presencia de mexicanos– y gran amor al futbol.
Este proyecto se cimenta sobre una avalancha comercial y financiera de primer orden, con un estadio maravilloso que, salvo por tener un campo sintético (perdonen ustedes, soy de los que piensan que el futbol debe seguirse jugando en pasto natural con tecnología de punta) pero inevitable al fin por las condiciones salitrosas del suelo tijuanense, y con una penetración mediática interesante. No está de más comentar que Tijuana genera índices de rating nada despreciables, por encima de equipos como Atlas, Tigres, Querétaro, Morelia o Jaguares.
En lo deportivo es un equipo que sabe contratar gente de primera línea del exterior, sin olvidar mi postura reacia a la supraextranjerización del futbol mexicano, y suscribiendo que Tijuana exagera en la cantidad de extranjeros contratados en sus filas, sin embargo, esto no impide suscribir el nivel de la media de jugadores provenientes de otros países que recaen en Tijuana. La historia avala a tipos como Alfredo Moreno, Darío Benedetto, Javier Gandolfi, Juan Arango, Pablo Aguilar, y en la actualidad gente como Dayro Moreno o Milton Caraglio.
Una cosa a destacar de esta institución es que todos los jugadores argentinos que llegan a Tijuana resultan ser excelsas contrataciones; esto en la lógica de que la mayor parte de los jugadores pamperos que llegan a México se quedan lejos de las expectativas, sin dejar de considerar que en México han jugado argentinos de nivel pletórico de primera línea.
Sin embargo, nadie puede negar que Tijuana está progresando su sistema de reclutamiento y formación de demasiados jugadores jóvenes, con un perfil natal especial, merced a la condición de la región, en el que pueden representar a México o Estados Unidos. Xolos de Tijuana trabaja muchachos con extraordinarias condiciones técnicas, físicas, y sobre todo con una idea cabal de la intensidad en la manera de jugar.
Históricamente, y quizás haciendo mote a la mascota y la identidad simbólica del Xolo, que es un perro, Tijuana siempre ha sido equipo intenso, dinámico, fresco, fuerte pero sobretodo ordenado. Tijuana es un equipo que independientemente de los resultados plasma una ideología institucional en la cancha muy reconocible a la vista de un espectador atento. Este sin duda es un rasgo particular del equipo xoloitzcuintle, un simbolismo por cierto muy mexicano.
En la actualidad, los Xolos de Tijuana son uno de los principales candidatos, por encima de América y Guadalajara, a ganar el título del futbol mexicano este Apertura 2016. Un gran acierto reciente de este equipo fue comenzar el año actual con un proyecto rejuvenecido bajo el mando en la dirección técnica de Miguel “El Piojo” Herrera, el que para la opinión de un servidor, es el mejor entrenador actual mexicano del futbol mexicano.
Los resultados son claros de la mano del Piojo: un equipo netamente ofensivo con demasiados intentos de gol, equilibrado en el medio campo, solvente defensivamente, jugando siempre a una gran intensidad pero sobre todo dinamizando con mucha velocidad y con muchas variantes las zonas del juego en las que Miguel Herrera intenta atacar por las bandas. Hoy, dentro de la inoperancia espectacular de la Liga Mx, Tijuana es de los pocos clubes que alegran y valen la inversión de tiempo al ver por televisión sus juegos.
En Tijuana se augura un futuro prometedor, exitoso, canterano y extranjerizado a la vez, pero con una idea deportiva muy clara: Potenciar el manejo de un equipo sumamente competitivo en todos sentidos. Es muy agradable ver a los Xolos de Tijuana.
Se terminó el mundial de Futsal en Colombia
Este reciente mundial de Futbol Sala 2016, celebrado en las ciudades de Cali, Medellín y Bucaramanga, en Colombia (mismo país del sorprendente e inédito No al plebiscito reciente por la paz), tuvo muchas cosas a destacar en lo deportivo.
Primero, la obtención del título mundial por Argentina, un país que progresa a velocidades descomunales su evolución en el futbol sala, vislumbrando a futuro una de las mejores ligas del mundo, con fuerte penetración mediática sobretodo en Buenos Aires y con una selección intensa, fuerte, vigorosa, identificada con el sentimiento gladiador y el ADN vencedor de los argentinos. La clave está en la formación de canteranos de muy buenas condiciones, preparados en el futsal específicamente y no derivados del futbol tradicional de 11.
Segundo, la rápida eliminación de Brasil y quizás el fin de una generación de jugadores extraordinarios, perfectos, artísticos, pero sobre todo técnicamente sublimes, entre ellos, el mejor de todos, Falcao.
Falcao anunció luego de este mundial su retiro de la Selección brasileña luego de conciliar partidos, logros y exhibiciones de niveles cercanos a la perfección y las condiciones estéticas de máximo nivel en el futbol sala de selecciones. Ver a Falcao con Brasil era algo así como revivir los pasajes de la Divina Comedia.
Tercero, el rompimiento de las expectativas que ponían como favoritas a España y Portugal, ambas conjuntadas con excelentes jugadores y una seriedad táctica de grandes blasones, y el equipo portugués aún más por tener en sus filas al internacional del Inter de Movistar, Ricardinho, con su nivel descomunal al servicio del equipo nacional, quien fue el goleador del campeonato con 12 goles de extraordinaria envergadura técnica.
Este mundial en su conjunto vino a anunciar que el progreso mediático, internacional y deportivo es una realidad creciente y progresiva. Lo increíble es que haya países como México que no vean en el futbol de sala una salida exitosa en todos sentidos. El tiempo juzgará estas palabras.