Por Argel Jiménez. En los primeros minutos del 28 de octubre detonan cohetones, o quizá balazos, de festejo que, en distintos barrios de la Ciudad de México, interrumpen a los trasnochados de las series de internet, las tareas, las lecturas, los ejercicios en parques públicos, o los preparativos para dormir. Se trata de la celebración y el agradecimiento a la segunda deidad más venerada, por lo menos en la zona metropolitana de la Ciudad de México: San Judas Tadeo. *** Ya más tarde, la Línea 2 del Metro, La “Azul”,…