Por Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan “Aunque te has ido de tu tierra amada sigue viva la memoria de tu lucha amorosa por la verdad. Tu dolor y tus lágrimas no han sido en vano. Sembraste de esperanza los surcos de la violencia. Desenterraste la verdad de los sepultureros del poder. Tu espíritu imbatible sigue iluminando el camino, para dar con el paradero de tus 43 hijos. A pesar de tu ausencia, no hay tregua para acortar el tiempo, ni para dejar que las estrellas se apaguen…