Por Redacción Reversos La presión social hacia mujeres con cabello afro es un racismo estructural, proveniente de las etapas esclavistas del siglo XVI, que continúa hoy en Latinoamérica y en otras partes del mundo, afirmó Metztli Molina Olmos, de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM. Al hablar de los avances de su estudio “El pelo afro no se toca: resistencia desde el activismo estético”, la integrante del Colegio de Estudios Latinoamericanos recordó que desde entonces se daban azotes y se trasquilaba a quienes expusieran su cabello,…