Por Jorge Eduardo Jiménez
Pareciera una idea salida de la mente de alguien desquiciado. Pero no señoras y señores. La triste realidad es que la presencia del señor Donald Trump como candidato del partido republicano a la presidencia de EE.UU. nos ha venido a despertar acerca de la verdad de este nuestro atribulado mundo.
Desde mi primera contribución en Reversos.mx expuse que el éxito de Donald Trump ante el público estadounidense se debía a que el señor enarbola una retórica guerrera. Estados Unidos es un país que se encuentra en estado de guerra, aunque la mayoría de las personas en el mundo, y muchísimos estadounidenses no tienen plena conciencia de lo que esto implica.
Al plantear que forzará a ciudadanos mexicanos, incluido al gobierno de México, a gastar una cantidad estratosférica, en lo que costaría una muralla en la frontera, vigilada por aditamentos de alta tecnología, lo que Trump está haciendo es amenazar con toda la fuerza de acción que posee Estados Unidos, como la gran potencia que es.
Los mexicanos debemos prepararnos para enfrentar a Estados Unidos con firmeza y energía, llegado el caso. Donald Trump tiene hoy por hoy, a 2 meses de las elecciones, el 50% de probabilidades de ganar la presidencia. Y aunque Trump no ganara, Hillary Clinton tendría por fuerza que incorporar al menos parte de la agenda que Trump enarbola ante sus simpatizantes. Además, contrario a lo que muchos creen, Hillary Clinton no es ninguna amante de la paz y la concordia.
Debemos los mexicanos empezar a plantearnos un escenario en el que tendremos que plantar cara a la mismísima potencia del mundo.
Qué bueno que Enrique Peña Nieto, presidente de México invitó a Trump a Los Pinos a finales de agosto, y qué bueno que Trump expuso, ese mismo día, su postura sobre México, clara y llanamente. Si Peña Nieto no hubiera invitado a Trump, nos hubiéramos quedado con dudas a lo largo de toda esta campaña en EE.UU. Hubiéramos pensado que Trump no estaba hablando tan en serio cuando se dirigía, enardecido, a sus votantes. Pero ahora, ya no podemos albergar dudas de que Trump va muy en serio.
Debemos tener presente nuestro Himno Nacional: «Piensa oh, Patria querida, que el cielo un soldado en cada hijo te dio». Cierto que EE.UU. es la mayor potencia militar y que nosotros estamos muy lejos de tener un sistema de defensa que pueda siquiera pensar en oponerse, pero debemos tener presentes estas palabras de nuestro Himno.
Estados Unidos –no el pueblo estadounidense, sino sus élites, su aparato político militar— es el país más odiado del mundo. En una confrontación con Washington, los mexicanos no estaríamos solos, aunque por supuesto que será muy duro. Pero debemos darle el ejemplo al mundo y estar dispuestos a dar la vida por la Patria, en las tareas que a todos nos toquen, si se llega ese momento.
No lo podemos descartar.
FIN
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