Los recuerdos del porvenir… los tiempos pusmodernos

Por: Armando Martínez Leal

@armandoleal71

El día de hoy se me ha vuelto ayer.

Se fue entre los muchos

días de la eternidad —si existiera.

El día irrepetible ha muerto

como arena errante en la noche

que no se atreve a mirarnos.

Fuimos despojo

de su naufragio en la hora violenta,

cuando el sol no se quiere ir

y la luna se niega a entrar

para no vernos como somos.

José Emilio Pacheco

Hace algunos años, dando clases de Metodología de la investigación, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, a futuros sociólogosme encerré en una dura empresa contra una variopinta estudiante… ella defendía a cabalidad la posmodernidad. Por mi parte, me negaba insistentemente a aceptar sus argumentos, sobre todo porque me parecía producto de una graciosa contradicción, mi estudiante posmoderna defendía el espacio posmoderno con bellas blusas bordadas, pulseras tejidas y huaraches, más allá del cliché de la pinta, parecía traslucir un imaginario solidario frente al individualismo agónico posmoderno. Ella era, ES profundamente solidaria… una posmoderna solidaria —si es que eso existe. Sin embargo, fiel a su creencia me regaló un librito, que casi dos década después no me he atrevido a desembalar; mis necias y antiguas creencias me llevan a otros puntos. Mantengo mis salvaguardas, aunque la realidad hoy le de la razón a mi variopinta y querida alumna.

El siglo XX fue la centuria de la REVOLUCIÓN. El sujeto histórico por excelencia: el obrero, que en la teoría marxiana se traduce en la Mano de obra, esa que produce el excedente que genera la plusvalía, la que lo único que tiene que vender es su trabajo… el tiempo necesario para producir una mercancía, el tiempo necesario para transformar la naturaleza en bienes. A ese tiempo de trabajo socialmente necesario, en el análisis de KARL MARX, hay que agregarle ese tiempo adicional, donde se genera el plusvalor… la riqueza que la burguesía se apropia.

El siglo XX fue la centuria donde el sujeto histórico era la mano de obra: el obrero, pero también, el campesino,todo aquel que no poseía bienes, más que su mano de obra que vendía al mercado a cambio de un “salario”. El siglo XX fue el del PORVENIR, se trata del justo instante donde se alcanza por primera vez el Mañana. Donde el día irrepetible llega, donde el día irrepetible muere. En México la imagen de la transformación se tradujo en la Revolución de 1910. El mundo entero fue cobijado bajo el manto ROJO, la hoz y el martillo alegorías de la revuelta; barrido histórico, esa misma prenda acabó con la vida de León Trotsky… ¡piolet!, ¡piolet!, ¡piolet!… era la consigna que los comunistas gritaban a los trotskistas en las reuniones de la izquierda. El insulto por antonomasia.

El siglo XX fue el de la Revolución, todos quería ser revolucionarios, todos quería ser vanguardistas, nadie deseaba ser conservador. El siglo XX expulsa al conservadurismo como una forma de existencia presente. El porvenir estaba al alcance de todos… y la masa consciente se unió al contingente. Los jóvenes y sus revueltas… 1968, hace 50 años el espíritu revolucionario se apoderó de la avanzada generacional y marcharon por las calles de París, Praga, California, México… las calles fueron el espacio de la revuelta ylas barricadas el signo de los tiempos.

En 1953Elena Garro, la escritora maldita, maldecida, marcada con la letra escarlata, escribió LOS RECUERDOS DEL PORVENIR, se trata de la narración de hechos en los que ELENOTA, —la Mayor única de las Elenas en la historia de la literatura mexicana— no participó, pero sí vivió. La Garro hace un severo diagnóstico de qué fue la Revolución de 1910, qué implicó el reparto agrario, la desigualdad y la justicia en el México post revolucionario. Es cierto, como señala don Daniel Cossío Villegas, la Constitución de 1917 fue la más vanguardista de su época, abrevaba de la francesa, inglesa y norteamericana, pero también de manera singular, da respuesta, en el papel, al movimiento revolucionario; a los que fueron traicionados y asesinados… por los Carranzas, por la transa. Porque el que no transa no avanza.

Los recuerdos del porvenir es la construcción circular del tiempo, no se trata del Eterno retorno nietzscheano, sino de ese porvenir alcanzado, esa día acaecido donde se acumula el tiempo, todos los tiempos y por un instante parece que se encuentra el futuro. Bajo la óptica garriociana el futuro no llegó, el pasado se mantuvo intacto, los indígenas, el campesino… los más pobres entre los pobres seguían siendo eliminados, EXTERMINIO, dominio absoluto… los aherrojados de siempre.

La estructura circular de la obra es una propuesta estética, con profundas implicaciones políticas. LarevoluciónEL PORVENIR, no es más que concentración de la cólera, el odio del oprimido. La revolución mexicana de 1910, mantuvo intacta las relaciones de dominación prerrevolucionarias. El pasado que se vuelve futuro, el sueño de las generaciones muerto, con los indios colgados por el cacique del pueblo. Las mujeres no abandonaron su PUTA existencia. El patriarcado quedó intacto. Y Julia es la culpable de todos los males. ¡PUTA!… la gran PUTA.

Los recuerdos del porvenir son a la postre los presagios del cielo que hoy nos cobija. Ixtepel es todo México, el microcosmos del mundo neoliberal, la vanguardia que se vuelve retaguardia, la revolución conservadora, si es que ello existe; pero fatalmente está aquí entre nosotros. En su novela, Elena Garro, detiene el tiempo, todas las noches Félix, para el tic-tac de los relojes, para salvarnos del tiempo, para contar los días, que hace siglos se cuentan de la misma forma, porque la memoria es distinta, pero los recuerdos son los mismos. Explotación, pobreza, extrema pobreza. ¡Y dios tan lejos de México!

Hay muertos y hay cadáveres, y yo seré un cadáver. El cadáver vive alimentado por las herencias, la usura y las rentas.

El porvenir está muerto, es un nonato. El aborto de la traición. El régimen político mexicano emanado de la Revolución mexicana, malparió al porvenir. Alrededor del cadáver danzan… los que aún quedan vivos. Al interfecto no lo parió una mujer sino la familia machista revolucionaria. HERMAFRODITA. Hay que detener los relojes para tener la libertad de ir a la memoria de lo no vivido. ¡LA JUSTICIA!

La visión crítica, marxiana de la Revolución de 1910, es que se trató de un movimiento armado de carácter burgués. ¡Salvaguarda! El dios PIOLET nos ampara. Tengo la vocación de ser pobre, tengo la vocación del rezo… tengo la vocación de morir de hambre. Tengo la vocación de que compren mi voluntad. La mano traidora de CARRANZA. Malevolencia, la repetición de la imagen, el espejo está roto.

La revolución estalló una mañana y las puertas del tiempo se abrieron para nosotros. Nosotros los que habitamos el porvenir, los que vivimos bajo el hechizo de las fotografías de los ajusticiados. ¡oremos… por Zapata, Villa y Ángeles! La revolución estalló una mañana y las puertas del tiempo se abrieron para nosotros… el tiempo se volvió otra vez piedra, enterramos nuestras esperanzas y sólo nos quedan las imágenes petrificadas de los héroes. La visión de ELENA GARRO es extremadamente aguda, los generales traidores a la revolución instalaron un gobierno tiránico y voraz que sólo compartía las riquezas y los privilegios con sus antiguos enemigos y cómplices de la traición: los generales terratenientes porfiristas… que sólo se sintieron seguros con el asesinato de Emiliano Zapata, de Francisco Villa y de Felipe Ángeles

2018… el PORVENIR, llegado al punto, se defiende a cabalidad. El concepto de INDIVIDUO está encima de todo acto colectivo, la mayor gracia de unidad son las 22 piernas que se juegan el honor de la NACIÓN y el ramplón apego ante la CATÁSTROFE. Imposible no verlo, se resguarda la subjetividad y el libre albedrío que no es más que el derecho que todo contemporáneo cree tener en la imbecilidad que mayor le acomode, aunque sea mentira… autoengaño.

El individualismo ramplón galvaniza las antiguas y nuevas contradicciones, conjura los viejos y nuevos engaños. Hay que buscar un salvoconducto, se descuelgan los viejos retratos para llenar la patria del nuevo héroe: el acuerdo, la democracia, la independencia individual, dependencia mental, la libertad de insultar al otro, de comprar… de ser eternamente niños. El reino de la infantocracia. El PORVENIR de los IMBÉCILES.

José Emilio Pacheco, el gran José Emilio dice del PORVENIR… Al cabo de tanto ayer encontré un futuro. Por fin la edad de oro, el buen tiempo, la bella época, la que soñó cada una de las generaciones de los muertos. Todo en paz, todo en calma, todo placer y armonía… Pero pese a todo… nadie quiere la Revolución, porque ella es ya muy antigua y pasada de moda, hay que desechar el PORVENIR; porque hemos abandonado nuestros lazos comunitarios, hemos renunciado a la solidaridad. Hoy todas las relaciones son un simple intercambio… y los muertos son una escueta mercancía que va al desecho de la HISTORIA.

 

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