Por Camila Lara Pelejero
Fotos: Edgar López
José Ramírez ve las tiendas adornadas con guirnaldas, esferas y luces, entre otras decoraciones. La navidad se siente cerca. Sus hijos le ruegan que los lleve a la juguetería en la que padres y niños entran y salen.
Su pequeña de ocho años toma una muñeca “Monster High” de un costo aproximado de casi 300 pesos, mientras que su hijo de cinco años carga con entusiasmo un muñeco de la película de “Mi Villano Favorito” que toca un ukelele. El precio es más elevado de lo que puede pagar.
Después de unos minutos en la tienda, los Ramírez salen y en la cara del jefe de familia puede observarse la expresión de esperanza por el aguinaldo próximo a recibirse. Lo mismo sucede con el resto de los mexicanos que conforman la población económicamente activa del país.
En cambio, el coordinador de los diputados federales del PRI, César Camacho Quiroz, salió en defensa de los millonarios recursos públicos que recibirá cada uno de los 500 legisladores que supuestamente laboran en San Lázaro.
El priista mexiquense argumentó que los recursos de todos los mexicanos de los que gozarán los legisladores son una prestación social que marca la ley, además de que sirven para que los diputados “cumplan cabalmente sus tareas de toda naturaleza”.
Este fin de año, cada diputado federal cobrará 67 mil 515 pesos por atención ciudadana y para personal en sus distritos, además de su aguinaldo de 140 mil pesos.
De ese tamaño es la desigualdad y el cinismo en México.
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El aguinaldo no sólo es esperado por los trabajadores mexicanos, también los miembros de las dependencias gubernamentales, los organismos autónomos, las cámaras del Congreso de la Unión, los órganos del Poder Judicial de la Federación, aguardan estas fechas para obtener los resultados de la derrama económica que dejará este derecho laboral.
Para esto se firmó un convenio entre la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (Profedet) y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), cuya finalidad es difundir entre la población los derechos laborales y proporcionar educación financiera para que los trabajadores administren de mejor manera el dinero que recibirán este fin año y no sean víctimas de abusos.
El titular de la Condusef, Mario Di Constanzo, informó que cerca de 873 mil patrones entregarán esta prestación antes del 15 de diciembre y el 15 de enero a casi 29.3 millones de trabajadores, lo que se traduce en una derrama de 76 mil 800 millones de pesos, en los cuales no se incluye a servidores públicos quienes obtendrán su aguinaldo.
Todos ellos forman parte de la población económicamente activa en el país, que de acuerdo con datos recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) disminuyó al 4.7 por ciento – que equivale a 2 millones 473 mil 000 personas, cantidad menor a la del 2014.
Sin embargo, no todos los mexicanos ponen como prioridad las festividades decembrinas. Datos estadísticos destacados por Di Constanzo apuntaron que el 76 por ciento de la gente piensa hacer un gasto similar al del año pasado, mientras que el 26 por ciento planea hacer un gasto menor.
¿En qué gasta la gente en estas fechas? En el caso de José, además de comprarles regalos a sus hijos y esposa, lo utilizará en la cena y lo que sobre intentará ahorrarlo.
“Tengo planeado un presupuesto, así rinde mejor el dinero, porque además uno nunca sabe si el niño se va a enfermar o puede ocurrir una accidente. Entonces hay que estar prevenidos”, comenta el técnico en computación de 52 años de edad.
Las estadísticas que menciona el titular de la Condusef mostraron que el 26 por ciento utiliza el aguinaldo para en la cena de fin de año; el 21 por ciento ha manifestado que se lo gasta en ropa y calzado; el 18 por ciento lo ahorra; el 17 por ciento paga deudas; el 18 por ciento restante es una combinación entre vacaciones, salud y remodelación de sus hogares.
José Ramírez es del porcentaje de trabajadores que tiene por seguro que sí recibirá aguinaldo, pero este no es el caso de doña Sara Arango, una mujer de 45 años que se dedica a la limpieza de oficinas.
“No, pues aquí quedaron que el aguinaldo nos lo iban a dar para adelantar algo por el Buen Fin, y luego nos dijeron que siempre no, que mejor entre finales de noviembre y principios de diciembre, pero nomás no nos llega”, dice decepcionada y molesta.
El secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, reveló que durante este periodo de entregas de aguinaldo en promedio se registran entre un 30 y 35 por ciento de quejas de patrones que no cumplen con su obligación de entregar el aguinaldo.
Para combatir este problema se pondrá en marcha una campaña en el Metro, en la que se difundirá el derecho de los trabajadores a recibir el aguinaldo, así como una serie de recomendaciones para darle un buen uso a dicha prestación, y de esta manera evitar abusos por parte de los patrones.
Pero también está la otra cara la de moneda, la del pequeño sector de privilegiados que no se preocupará por estos problemillas de fin de año.
Ahí está el caso de los diputados federales, quienes con solo un año en el cargo se auto aprobaron en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF-2017) una bolsa de fin de año de casi medio millón de pesos.
No le pierden. El desglose es el siguiente: 323 millones 836 mil pesos por “gratificación de fin de año” y un aguinaldo de 77 millones 112 mil pesos.
Individualmente, cada diputado federal recibirá un depósito de 950 mil 517 pesos antes de que acabe el año; 465 mil 672 pesos por gratificación, 154 mil 224 pesos por aguinaldo, más 148 mil 468 pesos por el pago de sus remuneraciones, que incluyen dieta, asistencia legislativa y atención ciudadana.
Así las cosas en un país en donde la brecha de desigualdad cada vez se hace más profunda. Así llega México a un nuevo año cargado de incertidumbre, porque la navidad no será la misma en las casas de Sara Arango o de José Ramírez, que en las de… Póngale el nombre del servidor público que más le guste.