Todas las mañanas surgen miles de nuevas notas, principalmente aquellas que provienen de la conferencia de prensa del presidente, Andrés Manuel López Obrador, porque nuestro mandatario ya nos acostumbró a dar especies de adelantos, noticias importantes y de vez en cuando hasta bromas.
Así, la mañana del miércoles se le ocurrió decir algo que me llamó la atención, y digo, yo no cubro Presidencia, pero sí calificadoras. Esa declaración, tras la baja en la calificación de Fitch Ratings a Petróleos Mexicanos (Pemex) el martes me llenó la cabeza de miles de inquietudes.
“Es muy hipócrita lo que hacen estos organismos, que permitieron el saqueo, que avalaron la llamada reforma energética, que sabían que no llegó la inversión extranjera y que no se incrementó la inversión en Pemex, y que eso fue lo que produjo la caída en la producción petrolera. Y nunca dijeron nada, guardaron un silencio cómplice y ahora que estamos recuperando a Pemex salen con sus recomendaciones o tratando de calificar sobre el desempeño de Pemex”, le dijo AMLO a Fitch.
¡Alto! Hay que entender primero que hace una calificadora de riesgos y cuáles son.
El portal Gestiopolis indica que las agencias calificadoras de riesgo son entidades encargadas de realizar estudios que indican el riesgo crediticio de una entidad o emisión de títulos con el fin de facilitar a los inversionistas la toma de decisiones a la hora de colocar sus recursos.
Son empresas cuya función es elaborar opiniones independientes, objetivas y estandarizadas sobre emisiones o titulaciones de valores o instrumentos financieros, a través de las que establecen la probabilidad estadística de que el emisor cumpla sus obligaciones derivadas de los valores o títulos. El objeto principal de la calificación son los valores de renta fija, de deuda, pero también se emiten en relación con valores de renta variable y sus emisores.
Ahora bien, a nivel internacional hay tres que son de gran importancia: Fitch Ratings, Standards & Poors y Moody’s. En México, HR Ratings.
Bueno, ahora definamos la palabra Hipócrita, ya que, de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, dicho conjunto de letras conjugado como hipocresía, significa “Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”.
Así que, quiero que AMLO, si se puede me explique a mí si Fitch es hipócrita de alguna u otra forma, porque a mi parecer jamás ha fingido cualidades o sentimientos contrarios.
¿Por qué lo digo? Bien fácil, era el 16 de mayo de 2018, cuando en su evento cumbre en México, en el que, no es por presumir, pero ahí andaba, Fitch dio el primer espaldarazo a la futura presidencia de AMLO.
“López Obrador tiene una verdadera posibilidad de ganar las elecciones”, dijo Shelly Shetty, directora senior y jefe del grupo de soberanos de América Latina deFitch Ratings.
Shelly, dijo que la agencia no tenía una bola de cristal para predecir el futuro, pero que las encuestas y tendencias lo mostraban como claro ganador, antes de los comicios del 1 de julio.
Dijo que AMLO había explotado ya para esas fechas la creciente ola de casos de corrupción y violencia en Mexico, así como el descontento social que ello ha generado.
“En caso de concretarse su triunfo en las elecciones del 1 de julio, la calificadora seguirá muy de cerca el presupuesto que se apruebe, para ver el tipo de política económica que seguirá en su administración, además de factores como la conformación del Congreso y la estructura del gasto”.
Ya se lo habían dicho presidente, ya lo sabía perfectamente, ya lo tenía en el radar, ya le habían comentado, se le repitió. De que lo sabía lo sabía. Perdón pero, no sé haga usted el hipócrita.
Es más, tanto se sabía que hasta miembros de su gabinete aseguran que, de una u otra forma, el mercado de capitales ya lo tenía descontado.
¿Entonces? Cómo, dirían los memes, ¡YA SIÉNTESE SEÑORA!
Vamos a ver qué pasa, vamos a esperar, de que confío en usted, mi amado cabecita de algodón, confío, pero, esta vez yo no puedo ser hipócrita.
P.D. No les había podido escribir, porque me quedé sin gasolina, y apenas regresé a mi trinchera.