FRENAA, Gilberto Lozano y la ausencia de liderazgo y propuestas

Por Guillermo Torres 

El sábado 19 de septiembre, como radiografía e iconografía perfecta del problema de fondo, en torno a los contagios de Covid-19 en México, desde la más absoluta de las irresponsabilidades, falta de empatía y respeto a la ciudadanía y, por supuesto, al personal de salud que día a día lucha contra la pandemia, el autodenominado líder de presunto FRENAA –que ahora se sabe no hay una militancia verdadera de fondo, sino la compra de voluntades–, Gilberto Lozano, reparte dinero para acarrear en rebaño a toda la gente que en vez de formarse un juicio propio, que se informen, pero sobre todo que al menos tengan claro lo que reclaman, lo que proponen y en qué exactamente no están de acuerdo.  

Más allá del encono, el racismo y el clasismo, que como laguna existencial padecemos en México en no pocos casos, cuando lo único que hay de fondo es la visceralidad de la derecha y su pérdida de privilegios, así como la manipulación de la ciudadanía que permite que le manipulen. 

La no aceptación de las causas populares y justas, que alguien emanado de un movimiento popular gobierne este país y que vele por los más desfavorecidos que han sido golpeados históricamente por las circunstancias inducidas por una minoría rapaz y carente de valores, de principios de cualquier tipo. 

Es interesante reparar en la interminable contradicción en la que la derecha cae una y otra vez, en esta ocasión blandiendo imágenes religiosas y lanzando consignas en el mismo sentido.  

Todo lo que arengue a la ciudadanía que, sin mayor juicio ni mucho menos propio, carente de todo análisis, vaya cayendo de manera creciente en la trampa y el engaño en que este personaje de la nada les haga caer. 

En contraste a todo ello no hay una propuesta que mínimamente plantee esta horda desorganizada y carente de toda inteligencia para levantar un movimiento opositor que se reivindique de manera digna como pilar de la transformación que necesita México.  

En medio de tal vacío y ridiculez que tuvieron el descaro de, no solamente hacer un campamento con tiendas de campaña que en la emergencia del sismo de 2017 desaparecieron una vez que Canadá las había donado, sino que por la noche del sábado 19 solamente estaban colocadas las casas de campaña en la vía pública, pero no había gente.  

El hueco que padecen estas personas enajenadas es tal, que aún piensan que la simulación es la manera de ejercer la ciudadanía, el activismo y la política. 

Es evidente que esa carencia estratégica de sus planteamientos, fue también característica cuando la derecha desgobernó este país. Y estaban muy seguros de que se mantendrían en la posición idónea para conservar el poder, teniendo como base el engaño, la manipulación, la simulación y el despojo, el hurto, el robo; tanto de recursos, como de los cargos políticos por medio del fraude tan conocido y practicado por la derecha decadente. 

Algo muy importante de tenerse en cuenta es que tienen ya infiltrados sus pactos y representación al interior del partido que hoy gobierna. De ese modo, por medio de sus pretendidos Caballos de Troya, buscan duplicar el golpeteo en contra de un movimiento que aún no se ha consolidado de base.  

Ese es el verdadero riesgo antidemocrático para México, ya que como oposición están acabados desde hace mucho tiempo, lo que ahora solamente estamos presenciando es la secuencia y el efecto de lo que ellos mismos asentaron y generaron como su caída.  

Incluso podríamos decir que ese show grotesco de un yonki desfasado y esquizofrénico, carente de todo juicio, es un mero distractor, cuando su principal apuesta es permear y desmembrar un movimiento naciente, que solamente tendrá lugar a consolidarse en la medida de que se abra a la inclusión y participación permanente de la ciudadanía en general para conformar sus cuadros de base de manera orgánica. 

Es de llamar la atención cómo el tema del agua se diluyó apenas en una semana de sus argumentos y consignas, lo que hace evidente que no existe un liderazgo verdadero entre el campesinado de Chihuahua que reivindique y nutra su autodenominado “frente”, sino solamente complicidades puntuales y sectarias de algunas personas que se hacen cómplices de la mezquindad que les caracteriza. 

Además de otros probables factores externos que en la última semana hayan podido evaluar para descartar un tema tan delicado como el agua, que en lugar de que sea utilizado para dividir y generar encono social, deberían darse a la tarea de sumar voluntades y esfuerzo para solucionar ese y otros temas que como país debemos afrontar, muy lejos de su lógica discordante y sin sentido. 

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