¿Existe una “nueva guerra fría” dentro del nuevo orden internacional?

Por Víctor Manuel Del Real Muñoz

Partiendo de la base de que el nuevo orden internacional ha conformado un triple liderazgo a partir de la continuidad de Estados Unidos así como la llegada de Rusia y China.

Esto se suma al debilitamiento gradual a escala geopolítica de las fuerzas europeas principales: Francia, Inglaterra y Alemania (sumidas en una actualidad de definiciones con miras a la continuidad globalista, o la entrada hacia un nuevo reducto Neonacionalista – proteccionista).

Aquí se resalta que uno de los temas principales en torno a la agenda global es el asunto de una guerra armamentística (una auténtica carrera bélica) oculta, secreta, e incluso discreta, que no genera tanta atención mediática, pero que puede definir un rumbo internacional que al mismo tiempo determine el camino de la conformación de las verdaderas riendas dominantes del nuevo orden internacional.

Mientras se hace alarde de la puesta en escena tanto de un misil hipersónico y antigravitatorial llamado Avangard (para ver el citado misil vincular el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=uA4c_1xjn9k) de parte de los rusos, y China presume a los ojos de la humanidad la más reciente incorporación de misiles de alcance medio, además del uso de armas hipersónicas.

Estados Unidos por otra parte, haciendo uso de la tecnología láser de punta, contesta con la divulgación de un sistema de detectores de misiles, aunada a la suspensión del tratado nuclear programada para el 2 de febrero del presente año, con Rusia, con miras a comenzar el desarrollo de misiles, con similares o superiores características físicas, de alcance y de posibilidades de destrozo, que los prototipos chinos y rusos tienen ahora.

¿De qué forma pretenden establecer estos países la concordia y el equilibrio de fuerzas geopolíticas en torno al resto del mundo? ¿Seguirán siendo los mismos métodos de violencia, barbarie, intervencionismo y hegemonía imperial los que determinen el ritmo de repartición del control mundial en este nuevo orden internacional?

¿Ante este escenario, será cierto que una alternativa real, “una auténtica panacea” a los excesos estadounidenses derivados de su resplandor dominante en años anteriores, se corresponde con la equiparación de fuerzas de los brazos militares rusos y chinos?

¿Qué afanes de control mundial de forma hegemónica tendrán Rusia y China que precisan del desarrollo de un brazo militar que supere en cantidad y calidad los estándares bélicos estadounidenses? ¿O son estas simples muestras de defensa ante los riesgos de intervención estadounidense hacia Rusia y China, en la medida en que vemos el ascenso progresivo de China con miras a establecerse como potencia comercial y hegemonía económica, sumado al creciente paralelo de Rusia?

Está claro que el reciente anuncio de Donald Trump sobre retirar a las tropas estadounidenses de Siria responde a varios factores: un declive moral, económico y de finanzas públicas suficientes para darle salida a los costes de guerra, el ascenso geopolítico y militar de Rusia, y la constante pérdida de hegemonía estadounidense a nivel mundial, en contraste con el progresivo crecimiento militar y comercial de China.

Quizás los estadounidenses entiendan que el camino de control geopolítico que China pretende establecer por todo el mundo, incluida la región de Siria, o algunos países de la América Latina, está matizado con una falaz careta de una alternativa de economía de mercado fresca, con altas expectativas, que oculta y quizás esconde las verdaderas intenciones chinas y rusas de establecer un nuevo paradigma de liderazgo mundial.

Es preciso señalar que existen coincidencias plenas, correspondencias y entendimientos estructurales serios, al menos en materia económica, sobre reductos nacionalistas-proteccionistas entre Rusia y Estados Unidos; para nada este es un tema menor.

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