Donald Trump y las ficciones sobre el Imperio

Por Melchor Arellano

Para uno de mis filósofos preferidos, Georg Wilhelm Friedrich Hegel (en su obra cumbre La fenomenología del espíritu) el héroe histórico es el individuo que percibe el espíritu de sus tiempos y es capaz de actuar para concretar los cambios [sociales, políticos, económicos, culturales] que dicho espíritu (ser total) anuncia. Luego entonces, esos héroes históricos son aquellas personas o individuos capaces de cambiar el rumbo de la historia por poseer ambos atributos: a) percepción de las transformaciones que se avecinan y son reclamadas por la historia (y sus tiempos) y, b) capacidad de acción para saber qué hacer a fin de que dichos cambios o transformaciones se produzcan. En este marco, dudamos que Donald Trump reúna alguno de dichos escenarios. Podríamos llamarlo más bien, un político accidental y oportunista que aprovechó el hartazgo, escepticismo y desencanto social (en cuya percepción, Clinton solo traía más de lo mismo) para asirse candidato a la presidencia y luego ganar la misma. Su capacidad de actuación para que los cambios citados se efectúen, se cierne en la improvisación y rara intuición, antes que comprensión cabal de lo que pretende hacer acorde a los tiempos.

En México, el homólogo de Trump carece de liderazgo y visión de Estado; de lo que quiere para su país y más bien se esmera (junto a acólitos y aplaudidores) en justificar su incapacidad, mediante la victimización o exclusión de responsabilidad que extiende a la sociedad mexicana. Para decirlo en palabras del existencialista alemán Martín Heidegger (en su magistral obra Ser y tiempo), es un diálogo de dos solos (Trump y Peña) que están juntos, inmersos en un incierto discurso o panorama de la realidad sin saber lo que viene, lo que está a la vista o simplemente, esperan una visita inesperada de una aventura sin riesgos o amenazas.

Estados Unidos tiene desde su fundación, la cerrazón de los WASP (White,Anglo-Saxon and Protestant: acrónimo en inglés de “blanco, anglosajón y protestante”) que ven amenazada su “pureza de raza blanca”, riqueza, religión, poder.Estos no escatiman en apoyar a un xenófobo y autócrata para que los represente. En voz de Trump, los electores dejan salir su verdadero sentir: nativismo, racismo, xenofobia, exclusivismo, sexismo, proteccionismo.No es extraño ni casual que estos(incluidosKuKluxKlan y neonazis)sigan a Trump, lo extraño sería que no lo hicieran.Ante ello, vale la pena cita la frase (por la que ha sido muy criticado) de Heidegger mismo en relación con Hitler: “El pueblo alemán debe elegir su futuro, y ese futuro está ligado al Fürher”. Quienes eligieron a Trump presidente piensan que deben seguirlo, puesto que se sienten invadidosen su terreno y buscan demostrar y celebrar su superioridad racial través de él.

Las ficciones

Primera ficción: Estados Unidos seguirá siendo la economía más poderosa del mundo. Inexacto. China ya lo superó en intercambio mercantil por segunda vez consecutiva (2014 y 2015). El país asiático, además de la primacía en el intercambio mercantil global, recuperó su tasa de crecimiento de 6.7%, mientras Estados Unidos, de acuerdo a la Reserva Federal, alcanzaría 2% en 2016 y la tasa de desempleo, cerraría con 4.9% en este año. Se estima que la dinámica financiera situará a la economía estadounidense en una inestabilidad constante, lo cual implica transferencia del mayor peso y costo de la crisis a los países subdesarrollados.Pese a la lenta y baja recuperación, el ingreso nacional, no ha regresado al índice previo a la crisis del 2001, como sí ocurrió en Alemania, que sufrió una recesión más profunda que la gringa y salió a flote.Cifras oficiales sobre el Producto Interno Bruto (PIB) prueban que la crisis es mayor, con caída de 5.1% en la productividad nacional y no 4.1% como se dijo.En estudio sobre la economía de Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) analizó las últimas 10 recesiones de Estados Unidos.

Basado enindicadores clave, concluyó que las 2 crisis gringas del siglo XXI (2000-01 y 2008-09) fueron las peores y no se prevé, una recuperación efectiva en el corto plazo. El ingreso promedio de los hogares gringos, cayó 3.6% entre 2001 y 2009 y volvieron a caer en 2011, mientras la inflación repuntó y los salarios se mantienen en el mismo lugar.El FMI destaca el fracaso gringo para crear empleos: en 1958, el 85% de hombres en edad de trabajar laboraban, en tanto hoy (con las mujeres como parte de la fuerza laboral) menos de 64% tendría empleo. El porcentaje de hombres y mujeres con empleo, es menor al registrado a inicios de los 80. Para la calificadora Standard &Poor’s, la deuda del gobierno gringo dejó de ser triple-A, mientras queparaLombard Street Research, el costo laboral unitario en la industria que cayó 2% en 2009 y 2.8% en 2010, no se ha recuperado hasta hoy.

Segunda ficción: Estados Unidos es el adalid del libre mercado. Falso. Estados Unidos es la antítesis del libre mercado. Siempre lo pregona, mientras cierra sus fronteras al mundo, como fiel heredero del imperio británico (quien se atreviera a cerrar sus fronteras “la escuadra inglesa se las abriría a cañonazos”).

Estados Unidos, si usa el tráfico marítimo de cabotaje (o costanero) de México, pero prohíbe este rubro al exterior.Transgrede (amparado en la Jones Act, o ley marítima más proteccionista del orbe) toda regla mercantil en el tráfico marítimo de cabotaje o altura. Desvía cargas en tráficos de altura (o internacional) hacia su territorio; financia 50% la construcción de buques; salarios a tripulaciones, seguros y otras medidas de protección y subsidios. El tráfico aéreo tiene subsidio estatal: desde la crisis aeronáutica en 1995, pasando por los actos del 11 de septiembre del 2001, apoyó a sus aerolíneas (apegadas, salvo Continental, al capítulo 11 de la ley de quiebras) con más de 30 mil millones de dólares, para sacarlas avante.

Además de mantener empresas estatales (Delta Airlines) y sacar al sector a flote, no permite el cabotaje a firmas foráneas. Estas, en el mejor de los casos, llegan a “aeropuertos de conexión”, dejan el pasaje y se regresan sin desplegar tráficos directos en el interior del país de las barras y las estrellas, pero este, sí puede hacerlo con el cabotaje aéreo mexicano, por ejemplo.

Tercera ficción: Estados Unidos tiene la primacía nuclear en el mundo sin capacidad de réplica. Falso. Rusia supera a los gringos en ojivas nucleares y puede destruir a Estados Unidos del mismo modo que este puede hacerlo con el primero. El entimema suma cero, nunca existió y hoy (que se ha vuelto más una alegoría siniestra del pasado) menos que nunca, juega a favor de Estados Unidos.

Cuarta ficción: Estados Unidos tiene le educación de mayor calidad, en el globo. Falso. Estados Unidos, deambula hoy entre el 17º y 21º lugar en el mundo. Datos de Pearson (del Financial Times) y EconomíesIntelligenceUnit (EIU), en 2015 Estados Unidos se ubicó en el lugar 17º, por debajo de Rusia. En el 2010, la UNESCO, le dio el sitio 26º en educación para adultos. El año pasado, la OCDE no incluyó al país entre los primeros 10 del globo en el rubro. En 2012, PISA (Programa Internacional para le Evaluación de Estudiantes) de la OCDE misma, le dio el sito 24 en Lectura, 28 en Ciencias y, 36 en Matemáticas. Lo anterior, sin negar que los gringos tienen universidades de prestigio global (como Harvard y el MIT o Instituto Tecnológico de Masachussetts). Solo personas de doble moral y discurso, como el panista Ricardo Anaya, dicen estar a favor de mejorar la educación en México y señalan al sistema educativo nacional (SEN) por su baja calidad, en tanto sus hijos estudian en Estados Unidos y él casi vive en ese país. Se crece a partir de sí mismo y amando lo propio, no a la inversa.

Quinta ficción: La seguridad global depende de Estados Unidos,que brinda al mundo a cambio del ejercicio de su libertad.

Falso. Estados Unidos, quita la libertad total, a cambio de inseguridad ficticia, la que vende al costo más elevado (incluida la dignidad). En sí misma, la seguridad es más superstición o componente ideológico (seguridad implica libertad y a la inversa), que realidad concreta. El mundo se esfuerza por conseguir seguridad y busca con afán protección de riesgos invisibles que le preocupan, sin saber o aceptando que quien te la brinda u ofrece (Estados Unidos) lo hace coartando primero la libertad. Recurrir al Estado en búsqueda de seguridad, conlleva a la pérdida de libertad del individuo. En este orden, es conocida la advertencia del  gringo Benjamin Franklin: “aquellos que renuncian a una libertad esencial, para conseguir un poco de seguridad momentánea, no merecen ni libertad ni seguridad”. Si no tienes la una, no tienes la otra.Donde Estados Unidos ofreció seguridad para evitar el peligro, coartó libertad y creó más inseguridad: Irak, Afganistán, Libia, entre muchos países.

Sexta Ficción: Estados Unidos es el imperio institucional, democrático y de Dios, que pervive y pervivirá en los tiempos actuales y por venir.

Falso. Estados Unidos es un imperio que se cae a pedazos y ni siquiera es capaz de manifestar (no digamos convencer) de esa ficción. Por el contrario, vive su mayor crisis de credibilidad como el país de la iluminación y paraíso de la democracia. Es la crisis del destino manifiesto (1821), cuyos postulados, son:

  • La virtud de las instituciones y ciudadanos de Estados Unidos

Hoy, la virtud de las instituciones (vocablo que, por cierto, repiten y defienden PAN y PRI) no son las mejores y creíbles ya del orbe. Tampoco, los ciudadanos gringos, son ejemplo a seguir: violencia, vicio, racismo.

  • La misión para extender estas instituciones, rehaciendo el mundo a imagen de Estados Unidos.

Las instituciones de este país, solo han hecho una cruel copia y vestigios de guerra, simulación, corrosión e impunidad, por todos lados.

  • La decisión de Dios de encomendar a Estados Unidos la consecución de esa misión.

Esa misión, llegó a su ocaso y Dios parece no tenerles un ápice de confianza en la extensión de su credo, el cual Estados Unidos ha transformado en asesinato masivo y global a nombre de la religión. Como podemos ver, lo único cierto son las mentiras estadounidenses vendidas como verdades, hechas añicos por la realidad y su constante transformación. Estados Unidos ha fracasado en la forja de una máscara de justicia celestial, al convertirla en castigo y destrucción en el mundo.

 

 

 

 

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