Fotos y texto: Aida Maltrana.
A pocos días de la entrada de la primavera de este 2020, las alertasde las mujeres para exigir una vida libre de violencias, se hicieron visibles los pasados 8 y 9 de marzo en nuestro país, y pareciera que en los hechos, lejos de que la pandemia del Covid-19 hubiese apagado “mediáticamente” las brillantinas violetas, las desigualdades y las violencias de género, éstas aparecieroncrudamente bajo el reflector social.
Las crisis hacen evidentes los vacíos de políticas públicas y los problemas estructurales que arrastramos históricamente las mujeres. El Covid-19 no sólo nos hace repensar la manera en que se organizan las economías en el mundo y las cadenas alimenticias industriales que han desequilibrado nuestro ciclo de vida, también nos exige como sociedad atender las problemáticas que dejaron de quedarse en el ámbito de lo privado.
Nuevamente “lo personal es político”.
Después de que la Secretaría de Educación Pública anunciara el paro de clases como una medida necesaria para activar “la sana distancia” contra el Covid-19, el llamado puso en jaque a las familias mexicanas en las que mayoritariamente son las mujeres quienes están a cargo de los cuidados de la casa.
Estos cuidados se extienden a redes familiares a través de abuelas, hermanas, madres, tías, porque en muchos de los casos, las mujeres también trabajan, ya sea porque son madres a cargo, o porque hay una distribución de las tareas domésticas y del gasto entre varias integrantes del círculo familiar.
Son innumerables las historias de vida, donde además se suman los cuidados de adultos mayores y de personas enfermas o con alguna discapacidad.
Y por otra parte, abuelas quienes gozan de salud, quedan a cargo de estas tareas, mientras las más jóvenes buscan el sustento económico.
La organización al interior del hogar que si bien camina bajo “la inercia cotidiana” de las familias al distribuir horarios para las tareas, se verá vulnerada en este nuevo escenario de convivencia social los próximos treinta días de “aislamiento” si no actuamos la sociedad en su conjunto.
En los ámbitos urbanos, las estancias infantiles cerraron ya sus puertas, y habrá madres quienes saldrán a trabajar para no frenar su economía diaria, o habrá quienes no entran en “las excepciones”que la iniciativa privada ha planteado para ausentarse de sus centros de trabajo con goce de sueldo.
La paradoja es que las autoridades recomiendan no dejar “los cuidados de la niñez” a cargo de las abuelas, ya que adultos mayores son uno de los grupos de la población altamente vulnerable para el Covid-19.
De acuerdo a un estudio de la confederación internacionalOXFAM titulado “Trabajos de cuidados y desigualdad”, las mujeres realizan más de tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado, y constituyen dos terceras partes de la mano de obra que se ocupa del trabajo de cuidados remunerados en el mundo.
“En México son la mayoría de las mujeres jóvenes y adultas quienes cargan con el trabajo de los cuidados, y lo hacen de manera gratuita, precaria e invisible”.
Una situación que pone en desventaja a millones de mujeres ya que al dedicarse más de doce horas diarias a estas actividades “les impide acceder a educación, salud, empleo digno, participación política, y contextos libres de violencia”. Fuente: Oxfam/ https://bit.ly/2QC7ydw
La remuneración no es garantía de derechos.
Para abordar el tema debemos mirar desde todos los ángulos posibles y los diferentes contextos sociales y económicos en que viven las mujeres en México, ya que como informa OXFAM,quienes viven en situación de pobreza, además de atender a sus familias, son responsables de otras personas como trabajadoras del hogar con una remuneración de por medio.
“Tan solo el 10% de las trabajadoras del hogar están protegidas por la legislación laboral general en la misma medida que el resto de profesionales, y cerca de la mitad goza de la misma protección en términos de salario mínimo”.
En 2019 se publicaron las reformas a la Ley Federal del Trabajo y de la Ley del Seguro Social a favor de las personas trabajadoras del hogar, entre las que destacan “goce de los derechos laborales básicos como tiempo de trabajo, descanso semanal, vacaciones pagadas, salario mínimo y cobertura de seguridad social, incluyendo la protección de maternidad”.
Una lucha ganada por las mismas trabajadoras organizadas quienes se enfrentarán a un panorama incierto ante el Covid-19.
“El Convenio 189 de la OIT, ratificado por el Senado a fines de 2019 en México, establece que el Estado debe garantizar la protección de las mujeres y hombres que se dediquen al trabajo remunerado en los hogares.
Con esta ratificación, el Estado Mexicano se compromete a garantizar los derechos laborales de las y los trabajadores/as del hogar, entre los que se encuentran horas de descanso diarias y semanales; un contrato por escrito; derecho a vacaciones y aguinaldo por ley”. Fuente: ONU México/ https://bit.ly/33G9yXA
Los cuidados son culturalmente “exclusivos” de las mujeres.
En 2012 el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) realizaron laEncuesta Laboral y de Corresponsabilidad Social 2012 (ELCOS 2012) para “producir información estadística sobre las necesidades de cuidado en los hogares y la participación de integrantes y no integrantes del hogar”.
El estudio se enfocó en tres grupos de personas que necesitan de cuidados en los hogares: a) Niñas y niños pequeños o adolescentes que requieren de atención; b) Personas que estuvieron enfermas la semana anterior a la entrevista; c) Personas con alguna limitación física o mental que les impide valerse por sí mismas.
De acuerdo a los resultados “en 52% de los hogares urbanos mexicanos (6.9 millones) se encontró al menos un integrante estos grupos; en 45.1% del total de hogares urbanos viven niñas y niños menores de 15 años (alrededor de 6.0 millones de hogares); en 7.9%, alguno de los integrantes del hogar requirió cuidados de manera temporal, por enfermedad o accidente (1.1 millones de hogares); en 5.2% de los hogares urbanos viven personas con algún tipo de limitación física o mental que les impide valerse por sí mismas y por lo que requieren de cuidados permanentes (cerca de 694 mil hogares)”.
El mismo análisis arroja que la mayor parte de los trabajos de cuidado al interior de los hogares no es remunerado y recae principalmente en las mujeres.
“De los más de 11.1 millones de personas que realizaron trabajo de cuidado, entre 81.8 y 90.4% son integrantes del mismo hogar, que representan alrededor de 9.7 millones de cuidadoras/es de menores de 15 años (7.2 millones de mujeres y 2.5 millones de hombres); cerca de 1.3 millones de cuidadoras/es de enfermos temporales (aproximadamente 882 mil mujeres y 388 mil hombres); y a poco más de 1.0 millones de cuidadoras/es de personas con limitaciones permanentes (738 mil mujeres y 290 mil hombres)”.
Fuente: INMUJERES-INEGI/ https://bit.ly/396eFkJ
Para OXFAM “en México los hombres dedican en promedio cuatro horas menos que las mujeres al trabajo no remunerado de cuidados, y las personas de hogares con ingresos más altos dedican menos horas a este trabajo que las de hogares con ingresos más bajos”.
Alertas para el cuidado de las mujeres.
ONU Mujeres México informa que “43.9% de las mujeres en el país ha experimentado violencia por parte de su actual o última pareja”, razón por la que este organismo internacional, como colectivas feministas y el Instituto Nacional de las Mujeres han alertado del impacto que tendrá el “aislamiento” forzoso de mujeres y niñas en sus hogares, ante la emergencia del Covid-19; la falta de contención emocional puede incidir en diferentes tipos de violencias al interior de los hogares, además de las obligaciones de cuidado que se recargan en las mismas mujeres.
Por su parte, ONU Mujeres México ha puesto a disposición de los centros de trabajo una guía para prevenir las violencias de género en los hogares de sus colaboradoras. La Guía completa se puede consultar en este sitio: https://bit.ly/33G9yXA
El gobierno de la Ciudad de México se ha pronunciado para poner a disposición las unidades de atención para atender violencias a mujeres y niñas. INMUJERES invita a la población a ser “corresponsables” y acudir en casos de emergencias al número telefónico 911.