Por Astrid Perellón
Los encabezados amenazantes sobre nuestros hijos nos abruman. ¡Es cierto! Los niños pasan mucho tiempo frente a las pantallas y esto es porque:
A) No toleramos verlos explorar, aburrirse y desordenar hasta hallar un interés.
- B) Es lo que se acomoda a nuestro estilo de vida o es la opción fácil.
- C) No tenemos claro cuánto retrasa el lenguaje, el desarrollo afectivo o cognitivo.
- D) Ya es para nosotros un hábito que les contagiamos pues también estamos atados a nuestras propias pantallas.
- E) Nos parece más educativo que dañino.
¿Por qué te digo esto yo precisamente?
Mis padres tuvieron una escuela para el desarrollo del talento donde se invitaba a participar en el Experimento No Tele. Los niños nos poníamos como locos la primera semana o dos, viviendo la crisis curativa, tal como ocurre con un adicto. Algunos papás no soportaban y regresaban a la TV por alguna de las razones de arriba pero principalmente, porque no aguantaban nuestro drama. Algunos salíamos bien librados y descubríamos la libertad de jugar, contribuyendo a nuestra personalidad enormemente. Cuando desaparecía por completo cualquier interacción digital, ¡nos convertíamos en la mejor versión de nosotros mismos! En los adultos pasaría lo mismo pero, ¿quién se atrevería a dejar toda pantalla? Ahora tengo largos períodos sin TV, igual que largos períodos de tórrido romance con Netflix.
¡Qué hacer entonces por el bien del niño!
Encontrarás tanta información en Internet que te hará sentir peor y confundida.
La relación con las pantallas digitales (TV, tablet, celular, videojuego) afecta la manera como se comunica, la manera como maneja sus emociones y el cómo funciona su cerebro por la simple razón de que NO ES LA MANERA NATURAL DE INTERACTUAR CON LOS MILLONES DE ESTÍMULOS DEL ENTORNO.
Por otro lado, aunque es cierto que esa forma de interacción no es natural, es CADA VEZ MÁS NORMAL. Estamos viviendo las ventajas de niños aprendiendo vocabulario con personajes que hablan mejor que uno, niños aprendiendo robótica y programación, y disfrutamos como adultos las facilidades de interactuar con el mundo a un bit de distancia. Pensamos que sería mejor que nuestros hijos aprendieran todas esas ventajas desde temprano, pues YA SON LA VIDA COTIDIANA.
¿HAY ALGÚN EQUILIBRIO?
Piensa en esto:
-Para el cerebro hay un desarrollo natural donde no tiene lugar la pantalla.
-Pero también el cerebro se adapta a cualquier cosa, buscando construir con lo que tiene.
Por donde lo veas, muy pronto viviremos qué ocurre con el cerebro ante el factor normalizado de vivir conectado a una pantalla. Tal vez nos horrorice pero será tan común que le hallaremos forzosamente ventajas. Porque el cerebro se habrá adaptado.
Si la pantalla puede ayudar a niños autistas a conectar con el mundo no ha de ser tan malo. Si hay adultos que, sin importar si tuvieron celular o no de niños, de todas formas no socializan, no brillan por inteligentes o comunicativos ¿cómo puedo saber si estoy afectando a mi niño con este hábito?
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¡Fácil! No te abrumes con el factor edad o la cantidad de horas sino observando realmente cómo altera su comportamiento. Así puedes medir lo que estás haciendo. Si puedes retirarle las pantallas sin que eso le arruine la vida, si puedes apagarlas sin condicionarlo, premiarlo o amenazarlo, es decir, si no se comporta como un adicto sabrás entonces que es solo una herramienta. ¡Úsala como tal!
¿Qué puedes hacer ya mismo?
Límpialo de su adicción y regresen a usar las pantallas gradualmente como quien utiliza la licuadora, lavadora o microondas. Se usan por un momento, hasta cumplir su función y, luego de ello, nadie llora porque se apaguen.
No es el tiempo que pasa con las pantallas, sino su relación con ellas. Puedes usar estas conclusiones de varios especialistas; te sentirás más tranquila y dejarás de escandalizarte con los titulares sobre el mal que le haces a tu niño.
CONSIDERACIÓN 1: Necesita, al menos, el mismo tiempo haciendo juego libre (sin tu organización) y en el exterior que el tiempo que hace cualquier otra cosa (pantalla, estudio, responsabilidades).
CONSIDERACIÓN 2: Elige Apps o canales que conozcas por su contenido de aprendizaje. Más que caricaturas, estoy hablado de programas diseñados con vídeos y juegos de aprendizaje según su edad. Son cortos, por lo que se puede negociar fácilmente cuando sea momento de apagar el celular. Y si son Apps descargables no necesitan tu vigilancia ni instrucciones. (Mi hija Athena, de 3 años, ya usaba 5 palabras nuevas en 10 días de prueba de su App de inglés).
CONSIDERACIÓN 3: Platiquen de todo lo que ve. No le hagas examen, sino que conversen. Usa el contenido que vio como manera de conversar para desarrollar su inteligencia, su cultura, sus valores. Convierte el contenido que vive en solitario en una experiencia social o familiar.
Lee más en mi blog:
https://www.astridperellon.com/amarse-sin-matarse