26 de septiembre de 1940, Port-Bou… ¿Quién mató a Walter Benjamin?

 

Por: Armando Martínez Leal

@armandoleal71

Para el acuario que trastoca mi vida: Coyohua

Cualquiera que no pueda arreglárselas con la vida mientras está vivo

necesita una mano para apartar la desesperación sobre su destino

…pero con la otra mano puede apuntar aquello que ve entre las ruinas,

pues ve más y diferentes cosas que los demás

después de todo, está muerto durante su propia vida y es el real sobreviviente.

Franz Kafka

Hay ocasiones en que lo desconocido te toca. Una mano que sin intención roza tu cuerpo, una conversación con algún ser que no se esperaba tener… un libro que narra una historia que sabías de ella, pero que no conocías a detalle; esas experiencias suelen marcar, hacer pensar, girar, dejar de poner atención en las minucias que rodean tu devenir e inesperadamente ya nada tiene sentido. Nada tiene sentido, sólo el acontecimiento.

Bruno Arpaia publicó en 2001: “La última frontera” la novela, narra los últimos años de la existencia de Walter Benjamin. Arpaia recrea como fantasmagoría esos años del Berlinés, con asombro, consternación, melancolía y hasta llegar a la indignación el lector se adentra a esos siete años.

El 26 de septiembre de 1940, la vida de Walter Benjamin concluyó, sobre su muerte hay al menos dos posibles explicaciones. La primera señala que Benjamin terminó con su vida aquella noche del 26 de septiembre de 1940, con una supuesta sobredosis de morfina. La segunda, más reciente, plantea que fue asesinado por la GESTAPO, aunque también el dedo acusador señala a la CHEKÁ como responsable de su muerte.

El argentino, David Mauas indaga en esos últimos instantes de la vida de Walter Benjamin en su primer largometraje documental: “¿Quién mató a Walter Benjamin?” (2005), desarrolla a detalle sus últimas horas; aquella mañana del 25 de septiembre de 1940 cuando la policía franquista dejó de admitir a emigrantes, aquellos que habían sido expulsados de su patria, que los franceses habían encarcelado en campos de concentración para darlos como signo de colaboración al Reichstag fascista y tal vez así salvarse de la barbarie. ¡Tal vez así salvarse de la barbarie! corrieron a mantener a buen resguardo las valiosas piezas del Louvre, ¡Salvarse de la barbarie! mientras la peste cundía por las calles de París. Corrieron y llenaron los estadios… Colombes de apátridas… aquellos días “Francia se convirtió en la más cínica de todas las trampas”.

Para Mauas, la muerte de Walter Benjamin debe leerse a contrapelo, en un ejercicio benjaminiano, la muerte de Walter Benjamin debe leerse como un asesinato. En el documental se dibuja la posibilidad de que fueron agentes encubiertos de la S. S. —la Schutzstaffel, el antiguo grupo paramilitar hitleriano: la élite asesina del nazismo— quien terminó con la vida del Berlinés. Sin embargo, la pregunta sigue en el aire ¿Quién mató a Walter Benjamin?

Por su parte, el pensador esloveno, Slavoj Zizek plantea en su libro: “Visión de paralaje” (2006) que Walter Benjamin fue asesinado por agentes stalinistas… “uno de los killerati (agentes stalinistas reclutados entre los intelectuales socialistas y que se ocupaban de asesinatos) lo mató.”; Zizek, cita un artículo de Stuart Jeffries aparecido en The Observer(8 de julio de 2003) donde de manera hipotética se sostiene que fue asesinado por agentes soviéticos en connivencia con los nazis gracias al pacto Hitler-Stalin. El argumento que alimenta la hipótesis es “Sobre el concepto de historia” el lapidario texto que Benjamin redactó entre 1939 y 1940 donde abreva de su experiencia contemporánea y condensa en diecinueve tesis su pensamiento, elaborando una certera crítica al socialismo real, vislumbrando su fracaso. El texto no sólo dirige su invectiva a la experiencia soviética socialista, incluyendo al stalinismo, también va directo al pragmatismo de la izquierda. El cadáver de Rosa Luxemburg sigue ahí, la traición de la Socialdemocracia alemana es la huella que recorre todo el proyecto de la izquierda mundial hasta la fecha. La Roja había sostenido: ¡Socialismo o barbarie!… y los franceses pretendieron salvarse de la barbarie, pueblos enteros fueron arrasados, comunidades participando activamente en la barbarie, sin tener camisas negras, ni portar esvásticas. Ahí, la Action Française… Franco y su Falange… ahí el mundo entero pretendiendo salvarse…

Lo cierto es, que la hipótesis de que los killerati hayan matado a Walter Benjamin es insostenible, no porque Stalin no hubiera estado dispuesto a asesinar a un crítico, sino porque simplemente el texto que alimenta la hipótesis: “Sobre el concepto de historia” era hasta cierto punto desconocido. Hannah Arendt tuvo acceso al mismo al menos un año después del asesinato de Walter Benjamin y lo resguardó, e hizo una copia del mismo y se la entregó a Theodor Wiesengrund Adorno con el mensaje urgente de ser divulgado. Sin embargo, Adorno y Horkheimer retrasaron su publicación; no fue hasta la amenaza de Arendt de que si no se publicaba a la brevedad le informaría de ello a Bertolt Brecht, ante lo cual los mezquinos frankfurtianos realizaron en 1942, un pequeño tiraje del mismo. Stalin y la izquierda pragmática… socialdemócrata no sabían de la existencia de “Sobre el concepto de historia”. Zizek se equivoca, lo mismo que Jeffries, y sin embargo, la pregunta sigue en el aire ¿Quién mató a Walter Benjamin?

Han pasado 79 años del sombrío acontecimiento. 79 años sin saber a ciencia cierta ¿Quién mató a Walter Benjamin?… sigamos las huellas planteadas por Mauas, hay que hacer una lectura benjaminiana del asesinato de Walter Benjamin. Una lectura a contra pelo, una ojeada a los hechos porque ellos acontecen tal como están gravados en la memoria que de manera involuntaria trae al presente aquello que realmente aconteció; no hay mejor espacio para ello que la novela de Bruno Arpaia.

La literatura es el terreno de lo inasible; para Horkheimer y Adorno los textos de Walter Benjamin no tenían mediaciones, bajo ese argumento el Baudelaire (El París del Segundo Imperio en Baudelaire y Sobre algunos temas en Baudelaire) fue reescrito, bajo ese argumento los mezquinos frankfurtianos retrasaban las migajas económicas, bajo ese argumento se encubría la incapacidad intelectual de Theodor Wiesengrund Adorno y Max Horkheimer. En 1925, Max Horkheimer había rechazado la tesis de Habilitationsschrift… porque no la entendía: “no había mediaciones”.

La relación entre Walter Benjamin y la Escuela de Frankfurt fue por lo menos compleja, en principio está el hecho de la incapacidad y los celos intelectuales de los frankfurtianos, que se negaron a apoyar incondicionalmente a Benjamin quien en su condición económica extremadamente precaria, toleró rechazos y modificaciones a algunos de sus textos; mientras que a la muerte de Benjamin, bajo la culpa judía rescribieron “Dialéctica del Iluminismo” y el planteamiento metodológico de la Teoría negativa fue reelaborado bajo las premisas benjaminianas, aquellas que habían rechazado desde mediados de los veinte del siglo pasado.

Han pasado 79 años del sombrío acontecimiento. 79 años sin saber a ciencia cierta ¿Quién mató a Walter Benjamin? sigamos las huellas de lo acontecido; el círculo cercano benjaminiano se había salvado, Adorno y Horkheimer disfrutaban de la libertad en Nueva York… bajo el resguardo del hotel de lujo; su antiguo amigo Gershom Scholem estaba guarecido en Israel… Brecht refugiado en Dinamarca… ¡salvados de la barbarie! corrieron para mantenerse a resguardo ¡Salvados de la barbarie! mientras la peste cundía en Europa, mientras miles eran asesinados; desde el hotel de lujo frankfurtiano, desde la calma de la “tierra prometida”, desde el resguardo en Dinamarca, ¡se salvaron!.

La problemática relación de Walter Benjamin con la llamada Escuela de Frankfurt, así como con Gershom Scholem, cruza por el giro metodológico que el Berlinés realizó en los años veinte del siglo pasado, incorporando el aparato crítico que la obra de Karl Marx le proporcionó. El cruce de caminos donde lo sagrado y lo profano son invocados en la obra benjaminiana generó un profundo rechazo; que se consuma en la edición póstuma de las obras completas a cargo de Rolf Tiedemann y Hermann Schweppenhäuer, con la supervisión de Adorno, donde como en “Dialéctica del Iluminismo” matizaron las huellas marxianas del pensamiento benjaminiano, acercándolo más a la vertiente mesiánica (judía).

Ambas líneas de pensamiento fluyen de forma singular en la obra benjaminiana, las cuales es necesario revisar y reevaluar; de ello da cuenta el texto de Erdmut Wizisla: “Benjamin y Brech: Historia de una amistad” (2004) que a partir del “descubrimiento” de una parte del archivo benjaminiano que estaba en la antigua República Democrática Alemana, Wizisla reconstruye no sólo la problemática amistad entre Brech y Benjamin —problemática fundamentalmente para los amigos de Benjamin—, sino la manipulación que Tiedemann, Schweppenhäuer y Adorno realizaron de la obra benjaminiana intentando alejarlo del pensamiento marxiano.

Durante los siete años de su exilio apátrida Walter Benjamin dió llamadas de auxilio, pero no trataba de salvarse, no le ocupaba su sobrevivencia individual sino seguir luchando desde la vieja trinchera que había elegido desde niño: su campo de batalla fue su mesa de trabajo, desde ahí reflexionó y diagnosticó la barbarie de la Modernidad. Desde ahí vislumbró el oscuro horizonte de la humanidad y sus retos; la experiencia de Walter Benjamin frente a su catástrofe individual no es más que una mónada de lo que aconteció en Auschwitz, Dachau, Treblinka… los GULAG o París. La eliminación de los “débiles” es la fase superior del proyecto civilizatorio de la Modernidad dominante… el neoliberalismo.

¿Quién mató a Walter Benjamin? el cálculo racional de Theodor Wiesengrund Adorno, la envidia mediada de Max Horkheimer, la obscenidad de Scholem… quien desde su resguardo escribía en 1939: “El espíritu del tiempo ha sembrado en el paisaje desértico de estos días ciertas señales que para los viejos beduinos como nosotros poseen un sentido inconfundible…” mientras el viejo beduino Benjamin leía estas líneas, no tenía para comer, tampoco para poder pagar un lugar donde habitar.

La reacción de Scholem frente a las llamadas de auxilio de Walter Benjamin fueron deshonestas, hablan sí, de la profunda crisis moral que en esos años confrontaba la humanidad, pero también, y esto en el plano individual, de Scholem, de su contradicción intelectual, falta de ética, producto de su ceguera, falta de empatía y profunda amargura —así lo caracterizó otra cercana amiga del Berlinés, Gretel Karplus— Los últimos siete años de vida de Walter Benjamin fueron extremadamente precarios… una experiencia límite, confrontó la racionalidad del nazismo, que lo perseguía; pero también, la de ese extraño grupo de amigos que se salvaron. Y la pregunta sigue en el aire ¿Quién mató a Walter Benjamin?

Adrienne Monnier amiga cercana durante el exilio de París, el exilio apátrida, le sorprendía que pese a la extrema precariedad de su existencia, ese hombre desesperado trabajara vehementemente, como si instantáneamente el horror del mundo hubiera desaparecido… “Parecía que su ángel, su Angelus Novus, pasase continuamente por su lado congelando los desastres que le rodeaban. Y, sin embargo, los desastres se acumulaban en torno a él.”

Han pasado 79 años del asesinato de Walter Benjamin, han pasado 79 años y hay una tumba apócrifa del berlinés, para que los turistas puedan rendirle culto, hay también un monumento en su memoria… Walter Benjamin fue petrificado por los habitantes de Port-Bou; es cierto, no fue exhibido en una vitrina al lado de la estatua de la libertad —lo cual temía y rechazaba—, simplemente se le rinde un falso culto, con una falsa tumba y un falso memorial… ¿Quién mató a Walter Benjamin?… las garras del nazismo, del stalinismo, la indolencia individualista de Adorno, Horkheimer, Scholem… Brecht. Frente al cadáver, la consternación, la indignación y la culpa. Frente al cadáver la reelaboración de Dialéctica de la Ilustración. Frente al cadáver “Los nombres secretos de Walter Benjamin”. Frente al cadáver el poema:

Me dicen que, adelantándote a tus verdugos,

has levantado la mano contra ti mismo.

Ocho años desterrado,

observando el ascenso del enemigo.

Empujado finalmente a una frontera incruzable,

has cruzado, me dicen, otra que sí es cruzable.

Imperios se derrumban. Los jefes de pandilla

se pasean como hombres de Estado. Los pueblos

se han vuelto invisibles bajo sus armamentos.

Así el futuro está en tinieblas y débiles

las fuerzas del bien. Tu veías todo esto

cuando destruiste el cuerpo destinado a la tortura.

Related posts