Una cruz para los migrantes muertos en el desierto

Por Maria Louise Edwards/The Exodo Hace ocho años, Ely Ortiz recibió una llamada telefónica de su hermano y primo. Severamente deshidratados y agobiados por el calor, se habían quedado atrás en los duros desiertos de Arizona. Desesperadamente telefoneó a varias organizaciones, pero nadie pudo ayudarlo. Frustrado e indefenso, tuvo que renunciar, y nunca volvió a saber de ellos. Cinco meses después, recuperó los restos de su hermano y de su primo. Y con ello su propia vida cambió para siempre. Comenzó a trabajar como voluntario en la organización Aguilas del…